¡Quédense con el nombre del baranda, sobre todo si algún día vuelve a retomar su actividad como docente!
Este parlamentario de ERC en el Congreso de los Diputados protagonizó una esperpéntica intervención durante la celebración de la Comisión de Educación y Formación Profesional en el hemiciclo de la Carrera de San Jerónimo.
El político separatista, empecinado en confrontar y enfrentarse a VOX, se dedicó a soltar auténticas patujadas para intentar obtener su minuto de gloria.
Pero el momento más surrealista se produjo cuando, reconociendo su formación como maestro, dijo que a veces era más importante educar en sexualidad que tener conocimientos tales como saber cuál era la capital de Italia:
Señorías de la ultraderecha, su objetivo es eliminar los contenidos afectivos-sexuales en la escuela, el pin parental, para entendernos. Niños como yo hubiéramos agradecido enormemente que durante nuestra etapa de escolarización se nos hubiera hablado de la diversidad sexual, sobre todo porque hubiéramos entendido mucho mejor lo que nos estaba pasando en un proceso de formación madurativa.
De eso va la educación, señorías de la ultraderecha. A veces en educación es más importante saber qué le está pasando a uno, saber qué es lo que está pasando en tu entorno que no conocer la capital de Italia o el complemento directo en una oración y se lo dice un profesor de Lengua y Literatura castellana.
UN PARLAMENTARIO ESPECIALISTA EN ESCUPITAJOS
Salvador i Duch es, aparte de un especialista en querer aborregar a los estudiantes, todo un experto en escupir o hacer cuando menos el ademán.
El representante soberanista -diputado por Tarragona– es, asimismo, un personaje de muy poco de fiar. Es un delator de campeonato y no tuvo empacho alguno en ejercer de soplón para que los independentistas acosaran a los agentes policiales semanas antes de que tuviera lugar el referéndum ilegal para proclamar la independencia de Cataluña.
Una de sus últimas hazañas públicas fue la de chivarse del hotel en el que se alojaban efectivos del Cuerpo Nacional de Policía el 9 de septiembre de este mismo año, cuando el dispositivo policial estaba preparado para el llamado otoño caliente independentista, ya que los secesionistas anunciaban algaradas callejeras de cara al primer aniversario del referéndum ilegal de secesión del 1 de octubre de 2017