Con este Gobierno, estamos llegando a un punto en el que todo vale y no pasa nada de nada. El hecho de tener que entregar los móviles a la entrada de una reunión, sobrepasa de largo y deja a las claras, las formas y la calamitosa y «mafiosilla» gestión que llevan a cabo desde el Gobierno de Sánchez.
Uno puede entender que en una Comisión de Secretos Oficiales, se deban de mantener todas las medidas de seguridad para evitar fugas de información, pero que en una reunión de la ministra con los consejeros de economía suceda esto, es simple y llanamente indigno e incomprensible, y lo único que busca, es que no queden en evidencia las contradicciones, en este caso de la ministra.
En la entrevista, Fernández Carriedo, consejero de economía de la Junta de Castilla y León, ha dejado claro que en ningún caso, la información vertida por la ministra, fue la realidad de lo vivido en la reunión. Calviño, a la finalización de la reunión, ofreció una rueda de prensa, en la que dijo que todo había sido una «balsa de aceite», y que se habían consensuado todas las políticas expuestas, pero nada más lejos de la realidad, puesto que Carriedo ha evidenciado que eso está en las antípodas de lo sucedido.
Los consejeros preguntaban, sobre todo por el tema de los tan cacareados Fondos Europeos y el descontrol con el que se está gestionando, y en ni una sola de las preguntas, fueron respondidos por una «supuesta falta de tiempo», mientras se recreaban en las preguntas masaje de los palmeros del Gobierno.