Se sabe ganador de antemano.
Sin embargo, el líder del Partido Popular, Alberto Núñez Feijóo, prefiere ir con cautela.
Es consciente de que la tendencia demoscópica es más que favorable y que La Moncloa está a tiro de piedra.
Asegura que le da el crédito justo a los sondeos porque al final lo que cuenta es el resultado de la jornada electoral:
Cuando hay una tendencia, entonces empiezan a tener credibilidad. Pero sé distinguir entre encuestas y urnas. En los últimos meses todas coinciden en que el PP sube y es mayoritario en la preferencia de los españoles y el PSOE, baja. Hoy, el PSOE no podría gobernar España. La opinión pública observa que en España tenemos un presidente en recesión y un Gobierno en crisis. El relato de los medios muestra un curso político de división, de debilitamiento y de enfrentamiento en el Gobierno y esto, más una política económica que ya no aguanta más, supone una enorme desafección.
Feijóo prefiere no hablar de pactos postelectorales y no descarta obtener mayoría absoluta:
Llevamos una senda de victorias, algunas muy contundentes, desde 2020: mayoría absoluta en Galicia; espectacular resultado en Madrid; de segunda a primera fuerza en Castilla y León y el triunfo histórico en Andalucía. Ese es nuestro momento y si me pregunta qué quiero hacer, pues quiero hacer eso: repetir los resultados de Galicia, Andalucía y Madrid. No renunciaré a una mayoría suficiente para poder gobernar con ministros del PP. Este es el objetivo. Algunos pensaban que es ingenuo pero creo que ya empiezan a pensar que es posible. Ya sé que esto no es Galicia, pero mi objetivo, y no lo voy a cambiar, es conseguir una mayoría suficiente para gobernar.
El senador gallego del PP asevera que ahora mismo solo hay dos formas de gestionar desde La Moncloa:
Hay dos posibilidades de gobernar España: repetir el populismo con un PSOE desdibujado y sus socios independentistas que tienen la llave del Gobierno y de las leyes, o un partido que tiene trazabilidad ante las crisis, con experiencia política y de gestión. Creo que los españoles nos lo están diciendo. ¿Hay un hartazgo con la política española? No, hay un hartazgo con el Gobierno. Si hubiera elecciones hoy, estoy convencido de que tendría esa mayoría suficiente. ¿Absoluta? No lo sé, pero suficiente, sí.
Nos ha endeudado en 300.000 millones, tenemos un déficit público el doble de la media de la UE, hemos subido 24 veces los impuestos más los dos que se van a aprobar y el Gobierno no ha adoptado ni una sola medida de ajuste en su gasto político. Tenemos el Gobierno más caro de la democracia. Oiga, un poco de respeto por la gente que no llega a fin de mes.
UN 30% MENOS DE MINISTERIOS
El líder de la oposición garantiza que una de sus primeras medidas será la de adelgazar el Gobierno:
Le aseguro que no tendré 22 ministros. Lo primero que haré será decir a los españoles cuál es el estado de sus cuentas. Que Sánchez le haya metido a cada español un pufo en deuda de 6.000 euros hay que explicarlo. Lo que haremos será una auditoría de la realidad económica, fiscal, de deuda y de déficit y en base a eso acometeremos propuestas. Lo que sí aseguro es que con un 30% menos de ministerios el Gobierno será más eficiente. Y cuando la gente vea que no se utiliza un helicóptero, un Falcon y un Audi para desplazarse 300 km, que ningún ministro tiene la tarjeta oro del Falcon, que el Gobierno reduce su estructura en al menos un 30%, empezaremos a mandar un ejemplo a la gente.
Finalmente, sobre la protección del castellano en Cataluña asevera que puede convivir perfectamente con el catalán y que se trata de proteger ambas lenguas:
Nosotros protegeremos el catalán y el castellano. Eso tiene un marco que es el bilingüismo cordial. Le diremos a los jueces que sigan aplicando la Constitución, el Estatuto y las sentencias del TC con valentía y les vamos a felicitar por hacerlo. No vamos a dejarlos solos y no aceptaremos que el español sea una lengua extranjera en Cataluña. Con este marco, en el ejercicio de las competencias exclusivas del Estado, si es necesario, legislaremos y, con jueces que apliquen la legislación y sentencias en caso de incumplimiento, actuaremos. No puede estar en el orden del día negociar con la Generalitat incumplir una sentencia. Si el Gobierno lo hace es que no es un Gobierno.