"Fuerzas represoras, fuera de aquí" y "Combate a las fuerzas policiales" son algunos de los lemas gritados en la localidad navarra

Los proetarras vuelven a acosar a la Guardia Civil en Alsasua con el Gobierno Sánchez mirando a otro lado

Las principales agrupaciones de la Guardia Civil cargan contra el Ejecutivo socialcomunista por permitir la afrenta contra el cuerpo uniformado

Ha vuelto a ganar los malos en Alsasua.

Pero no porque los proetarras fuesen más o hiciesen un despliegue de fuerza imposible de neutralizar.

Básicamente se impusieron y pudieron celebrar su ya tradicional aquelarre contra la Guardia Civil porque el Gobierno de Sánchez se rindió por la vía de la incomparecencia.

Y todo bajo la batuta de un ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, que exigió a los propios agentes mantener un perfil bajo durante la manifestación de los enemigos de la Benemérita.

Básicamente, lo mismo que ha sucedido en años anteriores, incluso cuando la pandemia por el coronavirus restringió varios actos. Pero los proetarras siempre han tenido manga ancha.

Así que no fue de extrañar que durante la jornada del 3 de septiembre de 2022 los acosadores de los agentes del cuerpo uniformado pudieran exhibir todo tipo de pancartas y gritar consignas contra la Guardia Civil durante la celebración en la localidad navarra del Ospa Eguna, el día del adiós.

El grito de guerra que más se escuchó fue el de «fuerzas represivas, fuera de aquí» o «combate a la policía, construye el socialismo».

Y todo bajo la atenta mirada también del cuerpo de la Policía Foral, algo que tampoco es de extrañar ya que el Gobierno navarro está presidido por la socialista María Chivite y esta debe obediencia ovejuna al partido que le facilitó la investidura, EH Bildu.

Por supuesto, la Delegación del Gobierno en Navarra, con José Luis Aristi a la cabeza, se excusó en la supuesta falta de incidentes de otros años para permitir que ese Ospa Eguna se celebrase sin problema alguno.

Llama poderosamente la atención que se permitiese el acto cuando el propio lema era una clara provocación contra las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado: «Policía no. Detengamos la represión contra los trabajadores».

Aristi, que quiso poner una vela a Dios y otra al diablo, dijo claramente que «todas las instituciones tenemos las limitaciones y herramientas tanto jurídicas como legales que tenemos y con esas hay que trabajar».

Palabras con las que quiso contentar a quienes pedían la supresión del acto, pero dejando claro a la vez que no podía hacerlo por las bravas.

Las reacciones no se hicieron esperar por parte de las principales asociaciones de la Guardia Civil, Jucil y AUGC:

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