LA ESTRATEGIA PASA POR MANDAR AL PARTIDO DE ABASCAL A LA CUARTA POSICIÓN

Sánchez se abraza a la Ley electoral d’Hont y maniobra para erosionar a VOX

No obstante, también necesita el líder del PSOE que su vicepresidenta segunda dé el paso y se presente a las elecciones con Sumar

Pedro Sánchez y Santiago Abascal.
Pedro Sánchez y Santiago Abacal.

Pedro Sánchez ya está en modo electoral.

En realidad, toda la legislatura la tiene subordinada a los cálculos con las urnas.

Pero ahora, con las autonómicas y municipales en lontananza, en mayo de 2023 y con las generales a finales de ese mismo año, al presidente del Gobierno empiezan a no salirle las cuentas.

Y es que por mucha ‘cocina’ del CIS y vender unas encuestas vencedoras sobre el papel para generar un efecto placebo entre los suyos, lo cierto es que Sánchez sabe de sobra que lo tiene en chino.

Ya no para ganar las elecciones, que todo apunta a que en diciembre de 2023 se producirá una indiscutible victoria de Alberto Núñez Feijóo (PP), sino para poder tener alguna aspiración de, pese a perder, coaligarse con otras fuerzas para permanecer en La Moncloa.

Por tanto, el jefe del Ejecutivo socialcomunista medita seriamente que la estrategia pasa, principalmente, por ver quién queda tercero en los comicios.

Y no es moco de pavo ser ‘medalla de bronce’ en ese proceso a nivel de toda España puesto que el caudal de escaños recibidos puede inclinar la balanza hacia el PP o hacia el PSOE en función de quien ocupe esa tercer puesto.

Ahora mismo es VOX el partido que ocupa ese lugar y que volverá a conseguir en diciembre de 2023, según todas las encuestas, salvo la del CIS, que se decanta por Unidas Podemos.

Lo curioso es que, analizando los dos últimos procesos electorales a nivel de todo el Estado, la diferencia de votos entre la tercera y la cuarta fuerza fue mínima, tal y como recuerda El Debate.

En abril de 2019 hubo poca distancia entre Ciudadanos y Unidas Podemos, pero a la hora de la actas parlamentarias, 57 fueron para los naranjas y 33 para los morados.

En noviembre de 2019, VOX fue la tercera y los podemitas acabaron cuartos. Apenas cinco puntos de diferencia, pero 26 escaños de diferencia entre ambas formaciones.

Por eso la táctica que maneja el equipo que asesora a Pedro Sánchez es el de intentar rebajar el nivel de enfrentamiento con el partido de Santiago Abascal para que este pueda caer a esa cuarta posición y conseguir que Feijóo, aunque gane, se vea imposibilitado para formar Gobierno.

Al inquilino de La Moncloa le están haciendo ver que encararse con la formación ‘verde’ solo provoca reforzar a esta en la tercera posición y, por tanto, garantizar un Gobierno de centroderecha en España.

Así que, tal y como se pudo ver en el inicio del nuevo curso parlamentario, el 13 de septiembre de 2022, Sánchez rebajó el diapasón de improperios contra VOX hasta el punto de no referirse a esa fuerza política con uno de sus términos comodín, «la ultraderecha».

No obstante, todo pasa también porque la vicepresidenta segunda del Gobierno, Yolanda Díaz, dé el paso que se le presupone y se presente a las elecciones.

Porque otro de los cálculos y de las derivadas que tiene en mente Pedro Sánchez es que Sumar concurra a los comicios y haga un buen butrón electoral a sus todavía compañeros de Unidas Podemos.

Es decir, al líder del PSOE no le bastaría únicamente con intentar neutralizar a VOX, sino también que Díaz se presente a las elecciones y se lleve consigo a la mayor parte de votantes de Unidas Podemos.

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Autor

Juan Velarde

Delegado de la filial de Periodista Digital en el Archipiélago, Canarias8. Actualmente es redactor en Madrid en Periodista Digital.

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