El conocido como estado profundo que no se sabe quiénes lo forman pero que decide nuestro futuro por la fuerza de su dinero.

El mundo global y la Navidad

Es noticia la detención de una vicepresidenta del parlamento europeo, socialista griega, que había sido sobornada por Catar y se investigan si hay otros encartados y ONGs que podrían estar financiadas por dinero de las dinastías árabes, de las que tratan de traer inmigrantes musulmanes a sociedades occidentales.

El mundo global y la Navidad

Es difícil o imposible ver en un medio de comunicación de masas en cualquier país del mundo, sea democracia, autarquía, dictadura política o religiosa que cada día mueren 24.000 personas de hambre en la Tierra de los que 18.000 son niños entre uno y cuatro años.

No es por casualidad. Es el pensamiento único talibán o política woke, lo políticamente correcto imponiendo qué se puede hacer o decir a conveniencia de sus intereses. Como la censura en las dictaduras. Existen fondos de inversión con cientos de miles de millones de dólares, varios billones algunos de ellos, que invierten en tierras, energía, industria armamentística, de transporte, ciencia, laboratorios farmacéuticos y medios de comunicación entre otros muchos sectores, que influyen en lo que hacen o no las empresas y gobiernos sean democráticos, autarquías o dictaduras políticas o religiosas. Y por supuesto deciden qué se puede o no decir, quien tiene o no razón en el debate político según sus intereses. Las dictaduras políticas o religiosas son fácilmente manejables porque compran a sus gobiernos y no se oponen a sus designios; donde está el conflicto es en las sociedades democráticas, prácticamente todas occidentales, que tratan de reconducir a su conveniencia. Podríamos decir que son un Estado en la sombra, un Estado profundo que no se sabe quiénes forman pero que decide nuestro futuro por la fuerza de su dinero.

Hoy es noticia que los funcionarios británicos deberán omitir la palabra “Navidad” en cualquier comunicación para “no ofender a otras religiones”. El gobierno británico, como tantos otros incluido el español, es obediente a esas élites que quieren una humanidad sumisa a sus intereses. Esas élites deciden la inminencia del cambio climático o calentamiento global y cuestionarlo es una herejía; deciden si hay que inyectarse o no una vacuna no testada de la que cada día hay más noticias negativas, de las que se han adquirido miles de millones de dosis eximiendo a los laboratorios de responsabilidad; decide que se impongan cupos para que las mujeres más torpes ocupen cargos que nunca ocuparían por sus capacidades (despreciando a las que sí compiten en igualdad que se sienten insultadas por ese privilegio); protegen que en las dictaduras religiosas o países árabes la mujer sea tratada como una esclava propiedad del hombre; exigen dejar correr los ríos hasta el mar aunque haya sequía y restricciones de agua; que no se puedan cazar lobos o jabalíes ni en defensa de los animales domésticos en granjas, ni se puedan limpiar los bosques aunque se quemen cada año en incendios incontrolados. Que no se pueda extraer gas aunque sea costoso adquirirlo fuera y trasladarlo, con repercusión sobre la riqueza del país, ni producir energía con centrales nucleares, y aunque hay Estados que están incumpliendo este mandamiento ecologista, el gobierno y la oposición en España están dispuestos a cumplirlos a cualquier precio para la ciudadanía.

Es el poder de quien concede un premio Nobel de la Paz a un presidente que ha participado en varias guerras y considera violento a otro que no ha participado en ninguna, o elogia a ese presidente de las guerras por el trato a los inmigrantes cuando en su mandato se han devuelto más que en el del presidente pacífico, que es considerado un terrible xenófobo por expulsar a la mitad de inmigrantes que el presidente de las guerras. Es la verdad que impone el pensamiento único talibán o woke y quien se oponga será tachado de fascista, machista, xenófobo y cualquier otra etiqueta que colocan hoy, como la inquisición colocaba a quienes quería quemar en la hoguera: brujas o herejes.

El nuevo dueño de Twitter, Elon Musk, está informando que se adoptaron decisiones en dicha red social para cerrar la cuenta de Trump (que creo es un golpista y no debería poder optar a la presidencia de nuevo) y para impedir que circularan informaciones sobre Hunter Biden, hijo del actual presidente de los Estados Unidos, todo en la misma dinámica del globalismo de manipular la verdad a su conveniencia. Dice el hombre más rico del mundo que si aparece suicidado no lo creamos, que es mentira y que teme por su vida. Casi al mismo tiempo, el servicio federal de Estados Unidos le ha abierto una inspección fiscal por varias de sus empresas y otra a Neuralink, que pretende instalar chips en cerebros humanos, por las pruebas realizadas en monos donde se ha producido el presunto delito de maltrato animal. No ha tenido problemas hasta que compró Twitter y comenzó a desenmascarar la ocultación de hechos como los del hijo de Biden que está siendo protegido por su padre y que puede tener graves connotaciones en negocios y guerras de distintos países.

Hoy es noticia que por circular por zonas de bajas emisiones en Madrid dentro de la calle M30, se han cobrado 80 millones de euros de multa. Los sancionados pertenecen a la clase más pobre de la sociedad, los que tienen coches viejos que no han podido cambiar. Eso en un país que suma el 0,7% de contaminación mundial mientras China, India, Rusia… que contaminan más del 30% siguen con sus mismas políticas. Es el globalismo del cambio climático o calentamiento global utilizado por políticos sin escrúpulos ni conciencia social maltratando a los más pobres, en lo que en España cabalgan juntos PSOE y PP. En 2021 se han derribado en España 132 presas y represas para que los ríos sigan su curso ignorando la sequía con la complicidad de todos los partidos políticos. Feijóo se ha referido varias veces en los últimos días a achatarrar todos los coches de más de 10 años sin decir, quizás porque no lo sabe, qué harán los millones que no pueden comprarse un coche nuevo ¿se lo va a comprar Feijóo? Planteó en Galicia que debía estudiarse concentrar por la fuerza aislados a quienes no quisieran vacunarse de COVID, en una política de desprecio a los derechos civiles que no ha podido mantener ni la dictadura comunista China.

También es noticia la detención de una vicepresidenta del parlamento europeo, socialista griega, que había sido sobornada por Catar y se investigan si hay otros encartados y ONGs que podrían estar financiadas por dinero de las dinastías árabes, de las que tratan de traer inmigrantes musulmanes a sociedades occidentales. Sigue sin responder ninguna ONG por qué recoge a cientos de inmigrantes en las costas de Libia y los traslada hasta Europa cuando hay en África varios puertos seguros y más cercanos que visitan cada año millones de occidentales haciendo turismo. Cruzan cientos de millas para cambiarlos de continente apelando a la solidaridad y auxilio en el mar y todos los gobiernos saben que son un eslabón más de las mafias que trafican con personas, pero es políticamente incorrecto decirlo porque el pensamiento único talibán enseguida tacha como fascistas, insolidarios y xenófobos a quienes constaten dicha realidad.

Y aquí estamos, dispuestos a seguir opinando libremente. Feliz Navidad.

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