Faltan 83 días para las elecciones municipales y autonómicas.
Una elecciones que marcarán el destino de Pedro Sánchez y que son claves para el nuestro, porque como la ciudadanía haga otra vez el canelo y está panda pueda volver a reeditar sus Gobiernos Frankenstein, vamos listos.
Todo indica que las doce semanas escasas que restan hasta hasta la cita del 28 de mayo van a ser intensas.
En unas horas, como aperitivo, tenemos votación en el Congreso para parchear el bodrio de la Ley del ‘solo sí es sí’, con el morbo de que Sánchez necesita el apoyo del PP para sacar su reforma adelante, porque sus impresentable socios están en contra.
Y casi enseguida, tras el vodevil parlamentario, el barullo de las manifestaciones del 8-M, con la demagogia de siempre y la duda de si serán las feministas del PSOE las que reunirán más gente o como vaticina Pablo Iglesias, la marcha grande será la de Podemos y la ‘Banda de la Tarta’.
Griteríos aparte y para vergüenza de ambas pandas de ineptos, son ya 724 violadores que han visto rebajada su condena y 74 los que han salido de la cárcel, merced al engendro de Irene Montero y y el goteo continua.
Igual, pero eso es un torrente, que el Caso Mediador, porque no hay día que no afloren detalles escabrosos sobre las andanzas del ‘Tito Berni’ y el entramado de putas, viagra, cocaína, cenas y mordidas con que el diputado del PSOE agasajaba a sus camaradas del Grupo Socialista, para facilitar ayudas, subvenciones y fondos europeos a los empresarios que pagaban la francachela.
Y después -sin fecha todavía- la moción de censura de VOX, que parecía inicialmente condenada a ser un ejercicio de melancolía destinado el fracaso y que ahora, merced a las meretrices, la droga y la corrupción socialista, adquiere nueva dimensión.
Mucho más procelosa, dura y peligrosa para el líder del PSOE, que se las prometía muy felices confrontando su ‘modelo de país’ con el de Abascal y que ahora tendrá que escuchar como le echan a la cara -además de sus pactos con etarras y golpistas, además de su nefasta gestión, además de su guerracivilismo, además de sus pifias legislativas y además de la crisis económica-, que lidera el partido más corrupto y putero de la Historia de España.
No será el paseo triunfal que esperaba Sánchez y vaticinaban sus terminales mediáticas.
Me da que, al final y proclive como es el jefe del PSOE a esconderse detrás de subalternos, ni subirá a la tribuna.
Que mandará a Patxi, a Bolaños o Chiqui, a primera línea, a recibir las bofetadas de Tamames.