Todos sabemos lo que ha ocurrido con Joaquín Leguina por atreverse a discrepar en público, defiendo a Isabel Díaz Ayuso, del todopoderoso líder del PSOE, Pedro Sánchez. Ferraz le abría expediente sancionador para, posteriormente, tramitar su expulsión del partido.
Es el método Sánchez para evitar discrepancias o más bien críticas que confirmen desde dentro lo que es un clamor: su desastroso gobierno y su pésima imagen.
Este fin de semana se ha celebrado un evento que ha hecho entrar en pánico a La Moncloa: hay oposición interna en el PSOE alentada precisamente por quienes no dependen de un cargo orgánico o público para ganarse la vida, gente con influencia histórica y credibilidad en el votante socialista que está alarmado por la deriva de Pedro Sánchez y sus pactos con filoetarras o independentistas. Quieren un cambio y se organizan para ello, o al menos eso teme el entorno de Sánchez, tal y como han asegurado a Periodista Digital fuentes próximas al PSOE.
De momento, este pasado fin de semana un nutrido grupo de más de cien referentes del partido socialista pertenecientes al colectivo ‘Fernández de los Ríos’, como José Luis Corcuera, Antonio Miguel Carmona, Nicolás Redondo Terreros o Tomás Gómez, entre otros, se han dado cita este pasado sábado 25 de marzo en un conocido restaurante de El Pardo (Madrid) en un acto de recuerdo a algunos compañeros fallecidos durante la pandemia.
A su entrada al lugar, Eligio Hernández, exfiscal general del Estado entre 1992 y 1994, ha asegurado, en declaraciones a los periodistas, que algunos de los socialistas de su época están “preocupados” y “en desacuerdo” con la deriva del actual PSOE, al tiempo que ha opinado que las eventuales alianzas con partidos secesionstas “pueden acabar con la historia brillante y heroica” del partido.
“En mi caso, estoy en desacuerdo con la coalición que tiene el Gobierno, porque el PSOE nunca pactó con independentistas a lo largo de su historia”, ha afirmado, antes de reivindicar que los socialistas deberían hacer gala del “españolismo”, porque se trata de una característica con la que el PSOE “nació”.
En una línea parecida, César Antonio Molina, exministro de Cultura entre 2007 y 2009, ha dicho que el grupo que hoy se reúne “no nos identificamos” con el actual PSOE, por cuestiones como que “se hayan violado las leyes para echar a la calle a los sublevados en Cataluña”, en relación a los indultos de los políticos catalanes presos por el procés o en el País Vasco.“Los ministerios están en manos de la extrema izquierda, de gente irrelevante y gente analfabeta”, ha comentado.
José María Múgica, hijo del político socialista asesinado por ETA Fernando Múgica, ha acusado a la actual directiva de “venderse y pactar con la extrema izquierda socialista” y con ERC y Bildu, decisiones que le han convertido en “un partido irreconocible” que “está muy lejos del PSOE que históricamente conocimos”.
Otros, como Marcos Peña, expresidente del Consejo Económico y Social, ven “mal” los pactos del PSOE con determinadas fuerzas políticas porque “no ayudan a la convivencia” ni a “reforzar las instituciones”.
