ETA fue derrotada policialmente, pero políticamente sigue avanzando y cada día está más cerca de sus objetivos

El gobierno y los terroristas.

Que existan 397 crímenes de ETA sin esclarecer y no se haya realizado una investigación de cada terrorista, de cada atentado, un interrogatorio sobre su conocimiento de los mismos delata a los sucesivos gobiernos de España

ETA cometió 74 crímenes desde su nacimiento hasta 1977 (los asesinos encarcelados quedaron en libertad en aplicación de la ley de Amnistía); entre 1978 y 1982 (Transición de la dictadura a la democracia) asesinaron a 312 personas y desde 1983, ya en democracia hasta 2011 asesinaron a 467 personas. 853 crímenes de guardias civiles, policías, militares, ertzainas, taxistas, médicos, ingenieros, concejales, periodistas, políticos, mujeres y niños de los cuales 379, casi el 45%, siguen sin ser esclarecidos, sin autor conocido. Menos mal que la justicia y las fuerzas de seguridad fuimos eficaces contra los terroristas…

Con gobiernos de PSOE y PP (también durante la Transición con UCD), los presos de ETA han sido privilegiados en comparación con los presos por delitos comunes. Les regalaban títulos universitarios y de formación profesional con los que les reducían condenas, cumpliendo algunos de ellos meses por cada crimen cometido. Al salir conseguían trabajo en empresas vascas con apoyo del gobierno autonómico y de su entorno terrorista. A partir de 2011 cuando decidieron dejar de matar el tratamiento carcelario mejoró; firman que se han arrepentido en un trámite burocrático, pero son recibidos como héroes por alimañas taradas y fanáticas que jalean los crímenes cometidos sin que el Estado ni la Justicia hayan hecho nada para impedirlo. Los asesinos y sus sicarios provocaron la salida del País Vasco de ciudadanos amenazados de muerte (entre 60.000 y 200.000; que se desconozca este dato también evidencia la negligencia del Estado) que no han vuelto y que han propiciado la pérdida de votos del PP y la hegemonía del PNV y de EH Bildu, que suma a quienes aplaudían los asesinatos y nunca han condenado un crimen. Ha sido una limpieza étnica/política a la que el Estado, una vez más, no dio respuesta.

Los gobiernos de España han cedido al nacionalismo para obtener apoyos (ahora Sánchez, antes Rajoy, ZP, Aznar y el que menos, González) y han despreciado a las víctimas y sus familias. Conviene recordar que Arzallus dijo que había conseguido de Aznar en 10 minutos más que de Felipe González en 10 años, y que el origen del crecimiento exponencial del independentismo catalán está en el acuerdo del Majestic firmado por Aznar con Pujol en 1996, cesando al responsable del PP en Cataluña, Alejo Vidal-Quadras, y cediéndole Tráfico, Justicia, Educación, Agricultura, Cultura, Farmacias, Sanidad, Empleo, Puertos, Medio Ambiente, Mediación de Seguros, Vivienda y, como hablaba catalán en la intimidad, no recurrió la ley de Política Lingüística de 1998 ante el Tribunal Constitucional. En 2001 se acabó el servicio militar obligatorio (En Cataluña había más objetores de conciencia que soldados de reemplazo).

Que existan 397 crímenes de ETA sin esclarecer y no se haya realizado una investigación de cada terrorista, de cada atentado, un interrogatorio sobre su conocimiento de los mismos delata a los sucesivos gobiernos de España; todos han dejado en libertad a terroristas sin exigir respeto a las víctimas y sus familias, todos los gobiernos han podido hacer leyes que impidieran este relato de la victoria de los asesinos sobre las víctimas y no lo hicieron por su interés político partidario, por el voto nacionalista/independentista para alcanzar el poder.

El PP y el PSOE han sido complacientes con el nacionalismo, el independentismo y los terroristas y no han dado el trato digno que merecen las víctimas y sus familiares. Después del secuestro de Ortega Lara, el crimen de la familia Jiménez-Becerril o de Miguel Ángel Blanco, Aznar hizo lo posible y lo imposible por negociar con ETA. En el proceso de liberar a presos para que ETA aceptará sentarse a negociar, siendo Mayor Oreja ministro de Interior, Ignacio J. Bilbao Goicoechea, condenado a 52 años de prisión fue excarcelado cuando había cumplido 17 (del 06/07/83 a 28/09/2000), y el 21 de marzo de 2002 asesinó en Orio de tres disparos al concejal del PSOE Juan Priede, de 69 años de edad. Una de tantas chapuzas que costó vidas en la historia de ETA. La determinación de Aznar de negociar con ETA quedó reflejada en numerosas manifestaciones públicas suyas y de otros miembros de su Gobierno:

Aznar: – “Si los terroristas deciden dejar las armas sabré ser generoso”; “Estoy dispuesto a tomar todas las iniciativas que fuesen necesarias, si viésemos que podía entenderse o podían darse pasos positivos para que esta situación de cese de la violencia diese lugar a un proceso definitivo de paz” (3-3-98). “Con la violencia no se consigue ningún tipo de ventaja política, pero estoy dispuesto a ser generoso si es necesario, a ser comprensivo, si eso ayuda al final del terrorismo, es lo que tiene que entender todo el mundo, no es un camino sencillo.” (5-3-98). “Merecería la pena hacer el esfuerzo de la generosidad si con ello conseguimos la paz». (4-5-98). » En dicho proceso (de paz) quiero decirles que el Gobierno incorporará una nueva orientación de la política penitenciaria consensuada, flexible y dinámica que acompañe los avances que se vayan produciendo en el aseguramiento de la paz”; “…seguiré adoptando las iniciativas que considere más adecuadas para la consecución definitiva de la paz.”. “Las iniciativas de pacificación y normalización del País Vasco, cualquiera que sea el ámbito en el que se planteen, exigen la participación efectiva de todos los partidos democráticos” (2-10-98). “El Gobierno y yo personalmente hemos procurado a lo largo de estas semanas, en declaraciones y en hechos, transmitir señales de lo que estamos dispuestos a hacer por la paz”:Ya he dicho que el Gobierno está dispuesto a acompasar la política penitenciaria a los avances que se produzcan en el proceso de paz.” “A veces hay una inversión de valores que parece obligarnos a los demócratas a dar pasos…”. “Lo que debemos tener son actitudes abiertas” (11-10-98).  “El Gobierno y yo personalmente he autorizado contactos con el entorno del Movimiento Vasco de Liberación(…) Estoy seguro que al mantenimiento de ese principio (discreción) me van a prestar ustedes su colaboración y su comprensión entusiasta.” (3-11-98). «Si se trata de contrastar la voluntad de diálogo de ETA habrá que hacerlo directamente con la organización armada». (4-11-98). “Por la paz y por sus derechos no nos cerraremos, sino que, por el contrario, nos abrimos a la esperanza, al perdón y a la generosidad y por la paz pondremos lo mejor de nuestra parte para hacerla definitiva con la ayuda y la esperanza de todos”. (5-11-98). “Estamos dispuestos a hacer y afrontar el esfuerzo que nos corresponde (18-12-98). “…en ese momento se darían las condiciones para que los partidos firmantes del Pacto de Ajuria Enea se pusieran a desarrollar los compromisos de ese pacto en materia de reinserción, que es otro aspecto más de la política antiterrorista” (11-10-98). “El proceso de normalización corresponde, en primer término, a las instituciones y a todas las fuerzas políticas vascas sin ningún tipo de excepción. (18-12-98). “Tomar posesión de un escaño siempre es preferible a empuñar las armas (18-12-98). “Considero conveniente reforzar el diálogo que ya existe con los partidos políticos para profundizar en las líneas de acuerdo iniciadas hasta ahora. Espero que, a este diálogo, en una situación política normalizada, puedan incorporarse también todas las fuerzas políticas representadas en el Parlamento vasco. (18-12-98). “El Gobierno ha hecho un gesto (el acercamiento de presos) conforme a la voluntad y el deseo de que llegue la paz» (26-12-98). “Si no se producen los contactos es porque ETA no quiere. No hay ninguna otra razón”; «El Gobierno, cuando toma decisiones, hace política, no hace gestos y quien interprete en clave de gesto (el acercamiento de presos) no va por buen camino, si lo ven en clave de una política de fondo pueden acertar más. (10-9-99).

Ricardo Martí Fluxá, Secretario de Estado de Seguridad, 27-11-97: “El proceso y el procedimiento (en la lucha contra ETA) serán largos. No podrá haber nunca ni vencedores ni vencidos. La palabra rendición total es profundamente ajena a lo que puede suponer la posición del Gobierno en torno a ETA”.

Miguel Sanz, presidente de Navarra (UPN) el 14-10-98: “Si ETA abandona las armas se podría hablar y negociar, y ahí Navarra va a estar y será generosa». «En la medida en que se consolide la tregua y podamos hablar de abandono definitivo de la violencia, se podrá hablar de otras cuestiones como la política penitenciaria y la reinserción”.

Mariano Rajoy, 12-11-98: “Los contactos los llevaremos directamente y sin intermediación». Cuando negociaba Zapatero dijo que chapoteaba en la sangre de las víctimas.

Mientras se producían las manifestaciones anteriores, el sindicato policial mayoritario del que yo era secretario general, apoyó al Gobierno de Aznar para negociar el fin de ETA; dos editoriales de la revista (en 1988 y 99) con 10.000 ejemplares de tirada y distribuida a todas las comisarías de España. Ningún afiliado ni otros sindicatos dijeron nada. Un año después Zapatero suscribió el Pacto por las Libertades y Contra el Terrorismo desde la oposición haciendo lo mismo que el sindicato policial. Era lógico; las fuerzas de seguridad, los medios de comunicación, el principal partido de la oposición apoyando al gobierno de la nación para que negociara el fin del terrorismo… aunque algunos no entendimos que eso era así siempre que el gobierno fuera del PP. En 2005, cuando Zapatero planteó al Congreso un acuerdo que era más duro que todos los anteriores (hasta seis suscritos por el PP) para negociar el final de ETA, el PP se opuso desatando una brutal campaña política que afectó también al sindicato policial por actuar con Zapatero lo mismo que con Aznar: apoyo al Gobierno para acabar con la banda terrorista. Apoyando a Aznar los dirigentes de ese sindicato éramos patriotas para la mayoría del colectivo y medios de comunicación y apoyando a Zapatero, traidores socialistas. Es el nivel de fanatismo en amplios sectores de la casta política, mediática, en las fuerzas de seguridad, sus sindicatos y una parte de la sociedad.

Así hemos llegado hasta aquí, con el actual Gobierno del PSOE tratando de proteger a los asesinos de ETA. El grupo socialista en el parlamento europeo se opuso a que una delegación europea viniera a España a investigar la razón de que existieran tantos crímenes sin esclarecer, y el Gobierno ha negado financiar con un millón de euros una investigación que arroje luz sobre los mismos. ETA fue derrotada policialmente, pero políticamente sigue avanzando y cada día está más cerca de sus objetivos. Los que rezan y lloran en los cementerios no ganaron a los que celebran fiestas en los pueblos por la llegada de sus criminales, que son los mismos que apoyan al Gobierno Frankenstein de Pedro Sánchez. Ni olvido de las víctimas ni perdón para sus asesinos. Memoria, Dignidad y Justicia. Si ETA va ganando es que los españoles vamos perdiendo.

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