Una nueva entrega de los mensajes entre el ex ministro José Luis Ábalos y Pedro Sánchez y la cúpula del Gobierno socialista. Los textos intercambiados en la plataforma WhatsApp salpican a medio Ejecutiva sanchista y los de hoy, enfangan a la que era vicepresidenta y ministra de Economía, Nadia Calviño, por el polémico rescate de Air Europa.
La política española nunca ha sido ajena a los giros inesperados, pero pocas veces un asunto empresarial ha sacudido tanto los pasillos de Moncloa como la operación para salvar Air Europa durante la pandemia. La filtración de El Mundo sobre los mensajes entre miembros clave del Ejecutivo arroja luz sobre la tensión y las estrategias que rodearon una operación de 475 millones de euros, en uno de los momentos más delicados para el sector aéreo español por la pandemia.
Los mensajes muestran cómo Sánchez y Ábalos, debatieron intensamente sobre el futuro de la aerolínea, con referencias directas a la familia Hidalgo, propietaria del grupo.
Las conversaciones privadas revelan un escenario en el que el rescate era visto como inevitable por parte del Gobierno, pero también plagado de recelos, especialmente por parte de Calviño que no le agrada que los dueños cobraran un dividendo de más de 35 millones de euros. De hecho, esto habría llevado a la imposición de prohibir dar dividendos a las empresas que acudieran al rescate.
El presidente Sánchez sugería “darle una vuelta” al asunto, mostrando escasa simpatía por la idea de que Air Europa terminase en manos británicas (IAG, matriz de Iberia) o siguiera bajo el control de los Hidalgo. Por si fuera poco, la presión aumentó después de que, según las investigaciones policiales del caso Koldo, Javier Hidalgo llegara a contactar con Begoña Gómez, esposa del presidente, para transmitirle la gravedad financiera y personal del momento.
En este momento se producen los mensajes entre Calviño y Ábalos. Luego de que el ministro de Transporte incidiera en que la oferta no convencía al empresario, la ministra de Economía responde: “Hablé con María Jesús. Es consciente de q habrá que correr la semana próxima”.
La respuesta de Ábalos deja en claro el desespero del dueño de Air Europa, confirmando la versión de Víctor de Aldama: “Está que se corta las venas. (…) ya no puede burlar más a los acreedores”.
Política a contrarreloj: intereses cruzados y urgencias
El contexto no podía ser más complicado: una pandemia devastadora, miles de empleos en juego y una operación de compra previa –por parte del grupo IAG– que se había rebajado drásticamente tras desplomarse el valor bursátil del sector. El Gobierno optó finalmente por aprobar el rescate en tiempo récord. La decisión fue defendida desde Moncloa como legítima y avalada tanto por la Comisión Europea como por el Tribunal Supremo, recordando que cientos de empresas recurrieron al Ejecutivo en busca de auxilio durante lo peor del confinamiento. Pero la velocidad y las condiciones favorables del préstamo –475 millones canalizados a través de la SEPI– siguen generando suspicacias.
En paralelo, desde el entorno presidencial se transmitía la idea de que era un “teatro de las ilusiones” sugerir que hubo trato preferente: “Miles de empresas llamaron al Gobierno”, insisten fuentes oficiales, restando importancia a unas filtraciones que consideran “intrascendentes”. Sin embargo, la oposición –especialmente el Partido Popular– y estos mensajes revean que hubo cosas detrás, que no fue un rescate como cualquier otro y que deben darse muchas explicaciones sobre el papel real jugado por personas próximas al presidente y subrayando posibles conflictos de interés derivados de la relación entre Javier Hidalgo y Begoña Gómez.
¿Salvar Air Europa o salvar a los Hidalgo?
La trama adquiere tintes casi novelescos cuando se analiza cómo se intentó evitar tanto la desaparición de Air Europa como su absorción por capital extranjero o su permanencia bajo un equipo directivo considerado poco fiable. El propio presidente Sánchez compartía con Ábalos la opinión trasladada por un allegado: “No tiene sentido rescatar Air Europa y dejarla en manos de los Hidalgo, pero tampoco regalársela a IAG (Iberia) y menos aún dejar que desaparezca”. Se buscaba así una solución intermedia que asegurase continuidad operativa y empleos sin caer en “regalos” empresariales.
Finalmente, el 3 de noviembre de 2020 se aprobó formalmente el rescate. La satisfacción entre los responsables fue inmediata: Javier Hidalgo llegó a escribir emocionado a sus colaboradores tras conocer la noticia. Sin embargo, las consecuencias políticas han ido más allá del alivio temporal para Air Europa. La operación quedó bajo lupa judicial e incluso fue vetada posteriormente por Bruselas cuando se intentó reactivar su venta a IAG por riesgos para la competencia.
Lo que no se cuenta: datos curiosos y efectos colaterales
- Air Europa era la tercera aerolínea española antes del estallido pandémico y empleaba entonces a unas 10.000 personas.
- El famoso contrato entre Begoña Gómez y Air Europa –utilizado por la oposición para sembrar dudas– tenía un importe modesto (40.000 euros) y nunca llegó a ejecutarse completamente debido al frenazo económico provocado por el COVID-19.
- Tras superar lo peor gracias al rescate público, Air Europa ha comenzado a devolver anticipadamente parte de sus créditos avalados por el ICO e incluso ha cerrado 2024 con beneficios operativos notables.
- El caso sigue alimentando debates en cada sesión parlamentaria: mientras unos acusan al Gobierno de “casquería”, otros insisten en que lo único relevante es haber salvado miles de empleos.