Luis Ventoso, director adjunto de El Debate, titula este 16 de mayo su columna Ahí lo tienen: un Estado de juguete y lo dedica a una contundente crítica al deterioro de infraestructuras emblemáticas como la Terminal 4 del aeropuerto de Barajas.
Ventoso comienza describiendo con indignación el estado actual de la que fuera una terminal aeroportuaria modélica: «La T4 de Barajas, que era un orgullo nacional, ahora está mancillada. Sucia, con manchas en las paredes, con baldosas rotas, con escaleras mecánicas averiadas… Lo que era un símbolo de la modernización de España, ahora es un reflejo de su decadencia».
«La T4 es nuestra mayor carta de presentación ante el mundo, por el volumen de visitantes que recibe cada hora. Pero hoy se encuentra mancillada por lo que en el fondo es un elemental problema de orden público, que las administraciones no logran atajar, pues se dedican a pasarse la pelota mientras Sánchez hace lo de siempre: lavarse las manos».
El deterioro como síntoma
La crítica de Ventoso trasciende lo meramente estético para adentrarse en un análisis más profundo sobre la gestión pública.
«¿De quién depende la T4? De Aena. ¿Y de quién depende Aena? Pues en última instancia del Gobierno. Así que la solución es bien sencilla. Si el Ministerio del Interior se encarga del orden público en el aeropuerto, debe ser también el que se responsabilice de que se mantengan allí las normas de urbanidad y seguridad. Ha de ser quien retire a las personas que están viviendo allí sin permiso y quien tome medidas para que no entren los que no sean pasajeros, acompañantes de los mismos o trabajadores».
«Esto es muy sencillo, como muestra una elemental pregunta: ¿Permitiría Marlaska una acampada de vagabundos en el patio del Ministerio del Interior? Los sintecho no durarían allí ni un minuto, ni en el Ministerio de Trabajo de la muy social Yolanda. Tampoco las grandes empresas que cuentan con suntuosos edificios en Madrid permitirían acampadas nocturnas en sus sedes. Entonces, ¿por qué el encogimiento de hombros del Gobierno, que se ha limitado a intentar endosarle el problema a Almeida y Ayuso?»