La política canaria vive días convulsos tras la irrupción de un escándalo que ha hecho temblar los cimientos del PSOE insular y amenaza con salpicar a las altas esferas del Gobierno nacional.
El protagonista: Gustavo Matos, actual vicepresidente segundo del Parlamento de Canarias, histórico socialista, hombre de confianza de Pedro Sánchez en las primarias y ahora señalado en un informe policial como presunto intermediario entre una red internacional de narcotráfico y «dos o tres ministros», incluido el titular de Interior, Fernando Grande-Marlaska.
El epicentro del caso se sitúa en Santa Cruz de Tenerife, pero las réplicas ya se sienten en Madrid y en la sede de Ferraz.
El informe, elaborado por el Servicio de Asuntos Internos de la Policía Nacional, implica a Matos en gestiones para frenar las inspecciones a clubes cannábicos presuntamente utilizados como tapadera para el tráfico de cocaína.
La pieza clave es Mohamed Jamil Derbah, empresario libanés afincado en Canarias desde los años ochenta, actualmente en prisión preventiva como supuesto cabecilla de la organización criminal.
La conversación grabada que lo cambia todo
Según los documentos policiales, una conversación grabada entre Derbah y Matos revela que el político canario se habría ofrecido como mediador ante la Delegación del Gobierno y, potencialmente, con varios ministros. La finalidad: aliviar la presión policial sobre los clubes cannábicos sospechosos de blanquear grandes cantidades de dinero procedente del narcotráfico. El propio Matos ha reconocido públicamente este encuentro, aunque sostiene que su intervención se limitó a trasladar «posibles ilícitos policiales» que le relató Derbah y que jamás tuvo relación económica ni profesional con él.
El relato oficial de Matos enfatiza su «desconocimiento total» sobre las actividades ilegales atribuidas al empresario libanés. En una rueda de prensa maratoniana celebrada este martes en la sede parlamentaria tinerfeña —y con cierto tono resignado— el socialista insistió en que todo se reduce a una gestión puntual tras recibir supuestas denuncias sobre actuaciones irregulares de algunos agentes del Cuerpo Nacional de Policía. «Como se puede ver, no acepté ningún presente ni nada», afirmó rotundo ante los medios.
¿Quién es Mohamed Derbah? Un viejo conocido en las islas
El nombre de Mohamed Jamil Derbah no es nuevo para quienes siguen la crónica negra canaria. Instalado desde hace décadas en Tenerife, Derbah ha cultivado una imagen pública respetable como empresario y promotor social. Entre sus negocios figuran varios clubes cannábicos repartidos por el archipiélago, estructuras legales pero frecuentemente vigiladas por las fuerzas de seguridad ante su posible utilización para actividades ilícitas.
La relación entre Matos y Derbah, según ambos sostienen, habría nacido en esos círculos empresariales y sociales tan propios de las islas: reuniones informales, amistades compartidas y contactos recurrentes. Sin embargo, para la Policía el vínculo adquiere otra dimensión cuando uno aparece grabado hablando con el otro sobre la posibilidad de utilizar sus conexiones políticas para frenar investigaciones incómodas.
El hombre fuerte de Sánchez en Canarias
La figura política de Gustavo Matos no es menor dentro del socialismo insular. Fue «el protector» del aparato sanchista durante las reñidas primarias internas del PSOE canario. Siempre leal a Pedro Sánchez —al punto de ser considerado su hombre fuerte en las islas— su ascenso culminó con la presidencia del Parlamento regional tras las elecciones autonómicas. Ahora, sin embargo, ese pasado ilustre se ve amenazado por un expediente informativo abierto por su propio partido mientras crecen las voces que reclaman explicaciones contundentes.
No deja de ser irónico que quien se presentaba como adalid de la transparencia haya terminado pidiendo él mismo «que se investigue hasta el final». Matos afirma sentirse respaldado por sus compañeros e incluso por algunos adversarios políticos —un raro ejemplo de unidad en medio del vendaval— pero no oculta su hartazgo: “Después de tantos años de sacrificio, no dan ganas a nadie a dedicarse a la política”, llegó a decir con cierta sorna durante su comparecencia.
Reacciones políticas e implicaciones nacionales
El PSOE ha reaccionado con rapidez abriendo un expediente informativo mientras trata de contener los daños reputacionales. La oposición exige transparencia absoluta y algunos sectores ya hablan abiertamente de la “trama canaria” como un nuevo quebradero de cabeza para el Gobierno central.
El asunto trasciende lo puramente regional porque según el informe policial habría existido una oferta —de momento no demostrada— para mediar directamente ante ministros clave, incluido Marlaska. Aunque hasta ahora ningún miembro del Ejecutivo aparece formalmente implicado ni existe procedimiento judicial abierto contra Matos, la sombra sobrevuela Moncloa en un momento especialmente delicado para Pedro Sánchez.
Curiosidades y datos llamativos
- Las escuchas: Las conversaciones entre Matos y Derbah fueron recogidas gracias a una operación más amplia contra el narcotráfico internacional con epicentro en Tenerife.
- Clubes cannábicos: En Canarias proliferan estos establecimientos legales; sin embargo, diversos informes policiales han alertado sobre su uso como tapadera para operaciones mucho más lucrativas… y menos legales.
- Un partido propio: Derbah llegó a fundar incluso un partido político local —otro ejemplo más del mestizaje entre negocios y política tan característico del archipiélago.
- Reacción mediática: El propio Matos ha denunciado públicamente lo que considera “filtraciones interesadas” y lamenta no haber podido dar antes su versión.
- ¿Y ahora qué?: Mientras tanto, muchos ciudadanos asisten atónitos a un nuevo episodio donde la realidad parece superar cualquier guion televisivo: ministros, narcos internacionales y políticos locales compartiendo protagonismo bajo el sol canario.
