En La Retaguardia de este viernes 13 de junio, Eurico Campano analiza con Juanma Cepeda y Pedro Gallego la dimisión de Santos Cerdán como secretario de Organización del PSOE tras el demoledor informe de la UCO que contiene conversaciones del propio Cerdán con Koldo donde hablan del cobro de comisiones ilegales por adjudicaciones de obras públicas a constructoras.
Esta caída de Cerdán, hasta ayer número tres del PSOE y mano derecha de Pedro Sánchez, ha dejado a la dirección socialista tiritando. La imagen que proyecta el presidente –ya bautizado en algunos mentideros como “Hannibal Sánchez Lecter”– recuerda a ese personaje de ficción tan seguro de sí mismo, rodeado por un aura mezcla de narcisismo, arrogancia y una capacidad asombrosa para negar lo evidente mientras la realidad le suda por todos los poros.
El detonante ha sido el demoledor informe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, que implica a Cerdán en el cobro de comisiones ilegales dentro de la denominada “trama Koldo”. Esta red se habría especializado en adjudicaciones públicas irregulares a cambio de mordidas que habrían terminado no solo en bolsillos particulares, sino también en las arcas del partido. Las grabaciones y documentos publicados han sido tan concluyentes que ni la habitual resistencia a dimitir del socialismo orgánico ha podido frenar la estampida.
De los despachos a la caída: el efecto dominó en Ferraz
La reacción no se ha hecho esperar. Moncloa ha vivido horas frenéticas con reuniones a puerta cerrada y llamadas cruzadas. El propio Sánchez, según fuentes internas, habría pedido perdón públicamente por haber confiado en Cerdán, admitiendo que “no debí hacerlo”. La frase suena casi a confesión forzada tras una larga noche sin dormir.
El escándalo no es aislado: se suma a otros episodios recientes como el caso Koldo o las investigaciones sobre presunta financiación irregular del PSOE detectada por la UCO, que señalan pagos al partido al margen de los circuitos legales. Todo ello ha generado una ola de “profunda decepción” entre los aliados del Gobierno y un malestar creciente entre las bases socialistas, que ven cómo el discurso ético del sanchismo naufraga entre contradicciones y escándalos.
Entre tanto, Santos Cerdán ha anunciado su renuncia a todos los cargos y la entrega de su acta parlamentaria, asegurando que dedicará todas sus energías a defenderse en sede judicial. El 25 de junio tendrá que comparecer ante el Tribunal Supremo para dar explicaciones sobre su implicación en la supuesta organización criminal y cohecho.
Narcisismo y arrogancia: ¿marca registrada del liderazgo sanchista?
El estilo de Sánchez ha sido durante años objeto de análisis por politólogos y cronistas parlamentarios. Su tendencia al personalismo extremo —con frecuentes apelaciones al “yo” presidencial— ha levantado recelos incluso entre sus propios colaboradores. Lo cierto es que el caso Cerdán refuerza esa percepción: el presidente se rodea de fieles incondicionales y practica una política basada más en la imagen y el relato que en los hechos contrastados.
Este narcisismo institucionalizado se traduce en gestos grandilocuentes, ruedas de prensa calculadas al milímetro e incluso cierta arrogancia al afrontar preguntas incómodas. Sin embargo, los últimos acontecimientos demuestran que ni el mejor marketing político puede tapar las grietas estructurales cuando estas afectan al corazón del partido.
El sudor frío del pucherazo: dudas sobre las primarias socialistas
Como si no bastara con las sospechas de corrupción, han salido a relucir nuevas informaciones sobre posibles irregularidades en las primarias internas del PSOE. Varios medios apuntan a un presunto “pucherazo” orquestado desde la cúpula para garantizar victorias cómodas a los candidatos oficiales. Las denuncias internas coinciden con el ambiente tóxico que envuelve estos días a Ferraz, donde cada despacho parece esconder una historia truculenta más propia de una novela negra que de una formación centenaria.
La sombra del fraude electoral interno añade más leña al fuego y refuerza esa imagen pública —entre teatral y grotesca— del actual liderazgo socialista.
Mentiras piadosas (y no tanto): entre negaciones y silencios
Uno de los ingredientes esenciales del cóctel sanchista es la gestión del relato: negar lo evidente hasta que ya no queda otra opción, victimizarse ante los ataques externos y prometer total transparencia justo cuando todo huele a cerrado. El comunicado de Cerdán tras su dimisión resulta paradigmático: ni una sola autocrítica real, sino promesas vagas de colaboración con la justicia mientras insiste en su inocencia.
En paralelo, Pedro Sánchez trata de escenificar normalidad institucional mientras se multiplican las voces críticas desde dentro —y fuera— del partido. La oposición ya habla abiertamente de una crisis terminal del modelo sanchista y pide un adelanto electoral como solución higiénica ante tanto despropósito.
Curiosidades y datos para entendidos
- La trama Koldo ya había salpicado previamente al entorno más próximo del exministro Ábalos; ahora llega hasta Ferraz dejando un reguero difícilmente disimulable.
- No es la primera vez que los procesos internos del PSOE son objeto de sospecha; las primarias han sido terreno abonado para rumores desde tiempos inmemoriales.
- El apodo “Aníbal Sánchez Lecter” circula con sorna entre parlamentarios rivales… pero también entre algunos socialistas desencantados con el rumbo actual.
- Los efectos colaterales ya se notan: Felipe González o Emiliano García-Page han sugerido públicamente un adelanto electoral ante el clima irrespirable.
- En Ferraz aseguran que los teléfonos echan humo… aunque nadie responde cuando llaman desde Moncloa.