Financiación irregular y polémicas en el entorno de Moncloa

Sabiniano, suegro de Sánchez, rico con el negocio de prostíbulos, pagó las primarias de su yerno en 2014 y 2017

La figura de Sabiniano Gómez, suegro del presidente, y su riqueza ligada al negocio de prostíbulos reabre el debate sobre la limpieza de las campañas sanchistas

Sánchez (PSOE) y Sabiniano Gómez y sus prostíbulos
Sánchez (PSOE) y Sabiniano Gómez y sus prostíbulos. PD

No hay nada como la familia.

Sobre todo cuando esta bien avenbida.

Pocos asuntos han generado tanto ruido político en los últimos días como el papel de Sabiniano Gómez, suegro de Pedro Sánchez, en la financiación de las campañas internas que llevaron al actual presidente a liderar el PSOE en 2014 y 2017.

La historia mezcla ingredientes dignos de novela: negocios de prostíbulos, saunas frecuentadas por políticos y supuestos pagos personales para costear unas primarias en las que el hoy inquilino de La Moncloa jugaba su futuro político.

El asunto ha resurgido con fuerza tras revelaciones que apuntan a que fue el propio Sabiniano quien asumió el coste económico de sendas campañas primaristas en un momento en que Sánchez carecía de ingresos regulares.

La situación se vuelve más escabrosa si se considera la naturaleza del negocio del suegro: la explotación de prostíbulos y saunas, que sirvieron incluso como escenario para reuniones políticas discretas, algunas con miembros destacados de la llamada policía patriótica vinculada al Partido Popular.

Un suegro «rico», pero con negocios incómodos

No es ningún secreto que Sabiniano Gómez ha amasado una considerable fortuna gracias a la gestión de establecimientos relacionados con el ocio adulto. En los mentideros políticos se le conoce como «el quinto del Peugeot», apodo que hace referencia a sus primeras inversiones en este sector. La bonanza económica del suegro contrasta con la precariedad financiera que atravesaba Pedro Sánchez antes de alcanzar el poder dentro del PSOE, lo que explica por qué recurrió a su entorno familiar para costear los gastos derivados de unas primarias especialmente disputadas.

Si bien el respaldo económico familiar no es ilegal per se, sí resulta problemático cuando su origen está vinculado a actividades controvertidas o poco compatibles con la imagen pública de un dirigente progresista. Más aún si esas mismas instalaciones —las famosas saunas— sirvieron también como lugares discretos para encuentros entre Sánchez y comisarios cercanos al PP, según relatan crónicas recientes.

«Los audios de Villarejo revelan cámaras espía y micros en las saunas del suegro de Sánchez. El excomisario García Castaño reconoce haber hecho escuchas allí».

Ábalos, el tesorero inesperado y la caja sanchista

Otro nombre clave en esta trama es el de José Luis Ábalos, quien ejerció una suerte de «gestor económico» durante la segunda campaña interna sanchista. Por aquel entonces, según distintas fuentes, Sánchez no disponía de ingresos estables ni cargo público remunerado, lo que forzó una dependencia casi total del apoyo económico externo —léase: Sabiniano— y del manejo organizativo interno —léase: Ábalos—.

El papel del exministro añade otra capa de polémica. Ábalos ha estado envuelto en diversas investigaciones por corrupción y malversación, lo que salpica indirectamente cualquier operación financiera en la que haya participado dentro del partido. Aunque no existen pruebas concluyentes sobre la ilegalidad concreta en la financiación primarista, el clima tóxico generado por los escándalos recientes ha reavivado todas las sospechas sobre la limpieza interna del PSOE.

Saunas, comisarios y estrategia política

Las saunas propiedad del suegro no solo eran un refugio para encuentros discretos, sino también un improvisado cuartel general donde Sánchez mantuvo reuniones con miembros destacados de las fuerzas policiales alineadas con el anterior Gobierno popular. El detalle no es menor: estos contactos se produjeron mientras la ‘policía patriótica’ investigaba a rivales políticos y tejía alianzas informales con diferentes actores partidistas.

La relación entre negocios privados y actividad política resulta inquietante por varias razones:

  • Facilita un canal opaco para transferencias económicas.
  • Permite encuentros sin control institucional ni transparencia.
  • Genera dudas sobre posibles favores o contraprestaciones futuras.

Todo ello se agrava si consideramos los rumores —nunca confirmados pero tampoco desmentidos con claridad— acerca del uso habitual de estos espacios para negociaciones políticas sensibles o incluso para tratar temas relacionados con investigaciones judiciales abiertas contra miembros del propio PSOE.

Reacciones políticas e impacto mediático

Las revelaciones han sido munición inmejorable para los adversarios políticos del presidente. El Partido Popular ha aprovechado para endurecer su tono contra Sánchez, acusándole no solo de falta de transparencia sino también de beneficiarse indirectamente del negocio del sexo duro, la inmigración irregular y las zonas grises legales donde operan los prostíbulos urbanos. El relato adquiere tintes cada vez más duros conforme avanza la legislatura y crecen las sospechas sobre otras posibles irregularidades cometidas por colaboradores cercanos al presidente.

Desde Moncloa intentan restar importancia a estas informaciones apelando a la legalidad formal y negando cualquier trato preferente hacia Sabiniano Gómez o su entorno empresarial. Sin embargo, el daño reputacional ya está hecho, especialmente entre sectores más conservadores o críticos con la deriva moral del actual Gobierno.

Curiosidades sobre una saga peculiar

  • Sabiniano Gómez fue conocido en círculos empresariales como «el rey Midas» local por su capacidad para convertir negocios marginales en auténticas máquinas de hacer dinero.
  • Las famosas saunas llegaron a ser objeto de seguimiento policial; incluso hubo escuchas instaladas por orden judicial durante una operación anticorrupción.
  • En círculos internos socialistas se bromeaba diciendo que «Sánchez no ganó unas primarias: las sudó», en referencia tanto al esfuerzo político como al escenario inusual donde se fraguaron muchas alianzas clave.
  • Según testigos indirectos recogidos por medios digitales solventes, algunos sobres destinados a pagar servicios internos durante aquellas campañas iban marcados con iniciales irreconocibles para evitar filtraciones.

El caso ha vuelto a poner bajo los focos esa compleja relación entre vida privada y responsabilidad pública. Si algo parece claro es que, cuando se mezclan política nacional y negocios turbios familiares, ni siquiera una sauna puede ofrecer suficiente vapor como para disipar todas las dudas.

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