Todo se complica.
Y con compañía.
Si algo parecía faltar en el culebrón judicial y político que rodea a la trama de corrupción socialista conocida como el caso Koldo, era el factor humano de la grabadora.
El exasesor de José Luis Ábalos, que ya tenía suficiente con tres teléfonos y una grabadora repletos de audios comprometidos, ahora se enfrenta a la revelación de que no estaba solo en su afán de registrar conversaciones: un nuevo audio, desvelado en las últimas horas, apunta a la existencia de una cómplice que recibía instrucciones precisas para grabar a los objetivos de la trama.
El episodio arroja más sombras sobre un caso que, lejos de aclararse, gana en complejidad y en volumen de información incautada.
El famoso audio, intervenido durante el registro domiciliario a Koldo en febrero de 2024, deja poco margen a la interpretación: se escucha al propio Koldo dando directrices a una mujer sobre cómo colocar el micrófono y cuándo activar y detener la grabación.
Una escena que, por momentos, recuerda más a una producción amateur que a un elaborado espionaje político, pero que tiene consecuencias muy serias para todos los implicados.
Una grabadora, tres teléfonos y una avalancha de información
El material incautado a Koldo García no se limita a unas pocas grabaciones: la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha calculado que el total supera los 10 terabytes, lo que equivale, según el magistrado Leopoldo Puente, a la friolera de 65 millones de páginas de información potencialmente relevante. Solo los audios entregados hasta ahora a las partes ya ocupan más de 8 gigabytes, una cifra que haría palidecer a cualquier periodista de investigación.
El tamaño del archivo no es un capricho técnico: cada conversación, cada nota de voz, puede ser una pieza clave en el puzle de una presunta red de cobro de comisiones y amaño de contratos públicos. Los registros abarcan desde 2019 hasta finales de 2023, justo antes de la detención de Koldo, y han salpicado de lleno a nombres como Santos Cerdán —exsecretario de Organización del PSOE, actualmente en prisión provisional— y al propio Ábalos, que no deja de intentar desvincularse públicamente de las grabaciones.
El papel de la cómplice: ¿asesora, ejecutora o simple instrumento?
El audio que ha salido a la luz estos días es especialmente revelador, no solo por su contenido sino por lo que implica: la intervención de una tercera persona, presumiblemente mujer, que no solo estaba presente sino que recibía órdenes precisas de Koldo para manejar la grabadora. La frase “tú lo tienes que dejar así porque aquí es por donde se escucha. Cuando quieras parar le vuelves a dar aquí” no deja lugar a dudas sobre la participación activa de esta cómplice.
Este descubrimiento pone en entredicho la narrativa de Koldo como “lobo solitario” y podría abrir una nueva línea de investigación sobre la implicación de otros colaboradores, así como sobre el grado de organización y premeditación de las grabaciones. El propio magistrado ha ordenado ya una pericial para determinar la validez técnica y legal de este material, que se ha convertido en la “prueba estrella” del caso.
La batalla por los audios: Aldama y la guerra judicial por el acceso
No solo los investigados directos están pendientes de cada novedad. El empresario Víctor de Aldama, considerado comisionista de la trama, ha solicitado formalmente al Tribunal Supremo acceso a la totalidad de los archivos de audio almacenados en los dispositivos de Koldo. Su defensa, como la de otros implicados, considera que el contenido de estas grabaciones puede ser determinante para su estrategia procesal.
La petición llega tras el volcado judicial de los archivos, realizado ayer mismo, y en paralelo al anuncio de una revisión pericial independiente por parte del Departamento de Ingeniería Digital de la Guardia Civil. El objetivo: acreditar la autenticidad y la integridad de unas pruebas que, de momento, solo han sido entregadas de manera parcial a las partes, a la espera de un análisis técnico completo.
Una macrocausa que amenaza con devorarlo todo
La dimensión de la investigación es difícil de exagerar: más de 10 terabytes de información, decenas de horas de grabaciones, múltiples dispositivos y una lista de implicados que no deja de crecer. La UCO sostiene que los audios almacenados por Koldo entre 2019 y 2023 son de una “importancia capital” para reconstruir la presunta trama de corrupción en la adjudicación de obras públicas.
Mientras tanto, el clima político se resiente. El terremoto causado por las filtraciones y la progresiva publicación de los audios ha puesto contra las cuerdas a la dirección del PSOE y ha provocado tensiones dentro del propio Gobierno. Las acusaciones cruzadas y la estrategia de desvinculación por parte de Ábalos y Cerdán contrastan con el goteo constante de pruebas que, lejos de disipar las dudas, siembran más incertidumbre en la opinión pública.
A estas alturas, hacer pronósticos sobre el desenlace de la macrocausa es tan arriesgado como apostar a la lotería. La magnitud del material incautado y la implicación de figuras de alto nivel aseguran que el caso Koldo dará titulares para rato. Los expertos prevén que el análisis completo de los audios y los dispositivos podría alargarse durante meses, si no años, y que nuevas revelaciones podrían cambiar el rumbo de la investigación en cualquier momento.
En los mentideros judiciales y políticos ya circulan todo tipo de quinielas: ¿saldrá a la luz la identidad y el papel real de la cómplice? ¿Podrán los implicados desvincularse de los audios o acabarán más cercados por sus propias palabras? Por ahora, la única apuesta segura es que la trama seguirá creciendo y que, por una vez, la realidad supera con creces a la ficción.
