El marido de Begoña hace el paripé, se presenta a hacerse unas fotos en los incendios, dice unas memeces sobre cambio climático, se esconde de la gente y huye como un galgo para evitar abucheos y el repetido ‘¡Pedro Sánchez, hijo de puta!’.
Y enseguida, otra vez de vacaciones.
La tarde de este 17 de ag osto de 2025, mientras el presidente del Gobierno ofrecía una comparecencia en el Centro de Coordinación Operativo Contraincendios de Orense, se desató una inesperada polémica.
Una periodista presente en la rueda de prensa sufrió un desmayo, aparentemente provocado por un golpe de calor debido a las elevadas temperaturas que azotan la zona.
Sánchez soltó una retahila de frases incionexas como: “Golpe de calor. De calor, ¿no? Vamos a esperar un segundo. No os preocupéis. Seguro que se recupera rápido” y “Es el calor, claro”.
Y de repente, para taparse el culo evitandoi preguntas incómodas sobre sus vacaciones en La Mareta, la falta de ayuda real a las víctimas de los incendios, su negativa a declarar la emergencia nacional y sus pasividad ante la tragedia, decidió concluir la a toda leche rueda de prensa: “Bueno, muchas gracias. Esperemos que se recupere cuanto antes vuestra compañera”.
Abandonó el lugar sin dar más explicaciones.
Este acto ha sido interpretado por numerosos testigos y analistas políticos como una nueva muestra de la desfachatez del presidente a la hora de enfrentar situaciones imprevistas, optando por esquivar responsabilidades y evadir el enfrentamiento con la prensa en momentos críticos.
Qué duro, León. Mi abrazo a todos los vecinos de El Bierzo y mi deseo de que el fuego se extinga cuanto antes. España no merece esto. Mucho ánimo. pic.twitter.com/UIfEfzNBQT
— Vito Quiles 🇪🇸 (@vitoquiles) August 17, 2025
La comparecencia, que tenía como objetivo informar sobre la gestión de los incendios y coordinar esfuerzos en la zona, quedó envuelta en un clima de desconcierto y críticas, en un contexto donde la transparencia y la firmeza son más necesarias que nunca.
El inesperado abandono de Sánchez, justo cuando la tensión en el operativo era palpable, arroja dudas sobre su compromiso real con la comunicación y la gestión de crisis.
Este episodio se suma a una lista creciente de momentos en los que el presidente ha optado por el silencio o la retirada ante circunstancias adversas, alimentando un debate sobre su capacidad para liderar con firmeza y responsabilidad.
Mientras tanto, las labores contra el fuego siguen activas, y la pregunta que queda en el aire es si la casualidad de este desmayo marcó un punto de inflexión en la imagen pública de Sánchez o si será solo un episodio más de su cuestionado estilo presidencial.

