En apenas doce meses, Luis ‘Alvise’ Pérez ha pasado de agitar las redes sociales con propuestas rompedoras a protagonizar uno de los episodios más desconcertantes del panorama político español reciente. Su agrupación, Se Acabó La Fiesta (SALF), irrumpió en las elecciones europeas prometiendo una política diferente, sorteando su sueldo y combatiendo la corrupción. Sin embargo, el balance tras un año en Bruselas es tan singular como decepcionante: apenas ha cumplido con sus compromisos y su presencia parlamentaria es más bien testimonial.
Las promesas electorales… y su cumplimiento
- Sorteo del sueldo europeo: Fue el reclamo estrella. Alvise anunció que rifaría el 100% de su salario mensual como eurodiputado. Cumplió la promesa una sola vez, el 25 de agosto de 2024, cuando un seguidor llamado Ángel se llevó más de 8.000 euros. Desde entonces, el sorteo se evaporó entre excusas fiscales y una inspección de Hacienda. Tras tres meses de donar su sueldo —de lo que nunca hubo evidencia pública— el europarlamentario alegó que la Agencia Tributaria impedía continuar con la iniciativa por sus costes fiscales y una investigación sobre sus cuentas.
- Presencia en el Parlamento Europeo: Lejos del activismo prometido, Alvise ha faltado a cerca del 42% de las jornadas de votación en Estrasburgo y Bruselas, situándose entre los eurodiputados menos diligentes del hemiciclo europeo. En los plenos donde sí ha estado presente, su papel ha sido más bien polémico: discusiones con sus compañeros, votaciones dispares y acusaciones cruzadas han dejado a SALF al borde del colapso institucional.
- Transparencia financiera y legalidad: El compromiso contra la corrupción se ha visto empañado por las investigaciones abiertas sobre una presunta financiación ilegal. El Tribunal Supremo indaga el origen de 100.000 euros recibidos en metálico durante la campaña electoral, cantidad que Alvise justificó ante el juez como necesaria para “capitalizarse a nivel personal” dado su compromiso de rifar el salario público. La polémica se agravó cuando el Parlamento Europeo le sancionó con dos días sin dietas por ocultar ingresos al tomar posesión del cargo.
El impacto electoral: ¿a quién perjudica Alvise?
El efecto Alvise no solo ha desilusionado a sus seguidores; también ha alterado equilibrios electorales. Según encuestas publicadas tras su primer sorteo, SALF llegó a rozar el 3,4% de intención de voto nacional y arrebató hasta un 13,5% del apoyo tradicional a Vox. Sin embargo, conforme se diluían sus promesas y crecía la sensación de fraude político entre sus bases, los sondeos comenzaron a mostrar un descenso significativo en su proyección electoral.
- Perjuicio directo a Vox: El discurso anti-partitocracia y la retórica combativa contra la “casta” restaron fuerza especialmente al partido liderado por Santiago Abascal, que vio cómo parte de su electorado migraba temporalmente hacia SALF antes de regresar ante la falta de resultados tangibles.
- Efecto residual sobre Podemos e independentistas: El auge inicial de Alvise también empujó a la baja a partidos como Podemos y algunas formaciones independentistas, aunque el efecto fue menos duradero por la rápida desintegración interna de SALF.
¿Qué dicen las encuestas sobre Alvise Pérez?
Los datos muestran que tras el pico inicial y los espectaculares sorteos televisados en redes sociales —donde llegó a congregar a más de 200.000 aspirantes— la popularidad del eurodiputado cayó en picado. Las encuestas más recientes reflejan que apenas mantiene intención de voto significativa fuera de su nicho digital, mientras las dudas sobre la viabilidad política de SALF aumentan cada semana.
- Seguimiento en redes sociales: El canal Telegram del propio Alvise llegó a sumar más de 710.000 seguidores tras el primer sorteo. Sin embargo, ese músculo digital no se ha traducido en influencia parlamentaria ni en crecimiento sostenido en los sondeos nacionales.
- Perspectiva parlamentaria: La exclusión definitiva del grupo parlamentario ECR —al que sí accedieron otros dos miembros electos por SALF— ha dejado a Alvise aislado institucionalmente y sin aliados relevantes dentro del Parlamento Europeo.
Un año marcado por ausencias y escándalos
La trayectoria política del eurodiputado parece marcada por ausencias notables:
- Ha faltado a 16 de los 38 días clave para votar en Bruselas o Estrasburgo.
- Recibió una sanción económica por ocultar ingresos.
- Está inmerso en una investigación judicial por presunta financiación ilegal. Según transcripciones judiciales publicadas recientemente, el empresario Álvaro Romillo entregó personalmente los famosos 100.000 euros al eurodiputado en fajos durante una reunión privada antes de las elecciones.
- La agrupación Se Acabó La Fiesta no ha recibido subvención electoral alguna por no presentar sus cuentas ante las autoridades competentes.
- Ha perdido el apoyo interno: Nora Junco y Diego Solier se han desvinculado completamente del proyecto SALF. Figuran ahora como independientes en la web del Parlamento Europeo.
- En términos estadísticos, solo dos eurodiputados españoles han faltado tanto como Alvise Pérez: la socialista Alicia Homs por maternidad y Jorge Martín Frías, de Vox. No obstante, desde la formación presidida por Santiago Abascal aclaran que las ausencias de Martín Frías se han debido a tareas ineludibles como director de la Fundación Disenso o por motivos médicos debidamente acreditados en la Eurocámara.
La imagen pública del líder populista se tambalea entre excusas fiscales (“Hacienda no me deja”) y titulares judiciales cada vez menos favorables.
Cuando parecía que iba a revolucionar el tablero político nacional con sorteos millonarios y proclamas incendiarias, Alvise Pérez ha acabado siendo protagonista más bien por sus ausencias, sus escándalos judiciales y una carrera política que muchos ya consideran una fiesta acabada.