La mañana en que Mariano Moreno, exgerente del PSOE, se presentó ante el Tribunal Supremo marcó un antes y un después en Madrid. El magistrado Leopoldo Puente, con la calma de quien ha presenciado situaciones complejas, lanzó la pregunta crucial: ¿qué sentido tiene pagar en sobres, sin control alguno, cuando transferir el dinero sería “más rápido” y evitaría incluso tener que contratar a una empresa de seguridad para mover el efectivo desde el banco? La escena, digna de una novela de Galdós, pone al descubierto el corazón del escándalo que sacude estos días la sede de Ferraz.
Moreno fue directo: “Se hacía así, con toda la Ejecutiva”, confesó ante el juez, reconociendo que los pagos en efectivo eran una costumbre arraigada. Aquellos que adelantaban fondos para los gastos del partido “estaban deseando que se les hiciera la liquidación por caja”. Y esa caja, más que una simple caja, parecía un cajón desordenado: billetes, sobres, justificantes poco claros y una contabilidad capaz de hacer llorar a cualquier tesorero que valore el rigor.
Saldos, sobres y la ruta del millón de euros
La investigación ha revelado que desde la llegada de Pedro Sánchez a la Secretaría General, el PSOE retiró cerca de un millón de euros en efectivo del banco. Concretamente, se habla de 940.388 euros entre marzo de 2017 y diciembre de 2024. El partido admite que parte de ese dinero se utilizó para pagos a altos cargos en sobres, acumulando 735.000 euros solo en billetes entregados a personas ajenas a Ábalos, Cerdán o Koldo García. Además, otros 127.000 euros se destinaron a la “Secretaría de Organización”. Sin embargo, queda por aclarar quiénes fueron los receptores exactos de esos fondos y si Sánchez estuvo entre ellos.
El documento presentado por el PSOE ante el Supremo ha suscitado críticas entre expertos contables, quienes lo consideran “sesgado, incompleto y sospechoso”. De los casi 950.000 euros retirados en efectivo, apenas se justifica el destino de unos 190.000; lo demás queda flotando en un limbo contable, como si la caja de Ferraz fuera un agujero negro dentro de la política nacional. La cuestión sobre si Sánchez cobró alguna vez en efectivo sigue sin respuesta oficial. Aunque él mismo admitió en una entrevista: “no era algo habitual en mí pero seguro que en alguna ocasión he tenido ese tipo de liquidaciones de gasto”.
La confesión del exgerente: pagos “con toda la Ejecutiva”
La comparecencia de Mariano Moreno ante el Supremo resultó iluminadora. Afirmó que el sistema de pagos en sobres abarcaba a “toda la Ejecutiva Federal”, y las liquidaciones se realizaban colectivamente. Según su relato, los billetes de 500 euros no circulaban por Ferraz; sin embargo, los sobres sí lo hacían. Koldo García actuaba como mensajero entre Ábalos y Santos Cerdán. El magistrado no parecía convencido y replicó que este procedimiento era innecesariamente complicado; además, subrayó cómo la falta de supervisión rigurosa sobre tickets y justificantes propiciaba descontrol.
Cuando se le preguntó por qué no se hacían transferencias bancarias, Moreno argumentó que preferían usar efectivo debido a la urgencia de ciertos gastos y a las presiones ejercidas por proveedores. No obstante, Puente sugirió que este sistema favorecía el anonimato y generaba opacidad, lo cual abría la puerta a sospechas sobre financiación ilegal.
Caja B: indicios, negaciones y la sombra de Ferraz
El informe elaborado por la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ha sido clave. Este documento expone la existencia de una “reserva de dinero en efectivo con origen desconocido” gestionada por Koldo García y revela discrepancias entre los pagos documentados por el partido y aquellos detectados en comunicaciones interceptadas. Las retiradas de efectivo aumentaron coincidiendo con el ascenso político de Sánchez; al tiempo que los pagos hacia Ábalos y Koldo —en sobres con logotipo del PSOE— quedaban fuera del circuito oficial identificado.
A pesar del empeño del PSOE por negar cualquier sistema irregular relacionado con sobresueldos o caja B, la falta de transparencia sumada a múltiples indicios ha llevado al Supremo a mantener abierta su investigación. La cúpula socialista sostiene que todos los pagos estaban debidamente justificados; sin embargo, reconoce que algunas liquidaciones fueron llevadas a cabo “por equipo” más que personalizadas.
El humor involuntario de la contabilidad de Ferraz
La trama ha dejado escenas dignas del mejor costumbrismo literario: sobres con membrete oficial, billetes contados manualmente y testigos confesando sentirse incómodos “con tanto dinero en el cajón”. El magistrado no pudo evitar mostrar incredulidad e ironía al sugerir que este sistema era verdaderamente “rocambolesco”, señalando que lo más benévolo sería calificarlo como gestión chapucera; aunque también podría implicar estructuras relacionadas con blanqueo o sobresueldos ocultos.
Por su parte, el PSOE ha intentado justificar las discrepancias argumentando que las liquidaciones colectivas dificultan un seguimiento individualizado. Sin embargo, expertos advierten sobre cómo el Tribunal de Cuentas no ha fiscalizado estas operaciones adecuadamente; sugiriendo incluso solicitar documentos adicionales para esclarecer adónde fueron realmente esos fondos.
Curiosidades y detalles del caso
- El exgerente afirmó que pagar en metálico era una práctica tan arraigada que incluso miembros destacados como los integrantes de la Comisión Ejecutiva Federal recibían sobres; aunque nadie parece recordar cuándo comenzó esta costumbre exactamente.
- En 2023 y 2024 —ya sin Ábalos al mando— el PSOE desembolsó casi 400.000 euros en sobres, manteniendo viva esta tradición del efectivo aún cuando vivimos tiempos dominados por las transacciones digitales.
- El magistrado Puente bromeó al señalar que este sistema “por caja” parecía más propio de una tasca tradicional que de una organización política moderna.
- Los documentos aportados por el partido no aclaran si Sánchez recibió cantidades en efectivo; sin embargo, los relatos sobre los sobres provenientes desde Ferraz han pasado ya a formar parte del imaginario político nacional.
En Ferraz, esos sobres han trascendido su función original como método simple para convertirse en emblema mismo de opacidad e irregularidades asociadas a cómo se financia internamente uno de los partidos más antiguos del país.
