De vergüenza ajena.
Sólo le ha faltado a la paisana llevar el cepillo de dientes en un vaso y una botella de champú.
Hay quien lo ha atribuido a que no tiene espejos en casa, pero parece que la cosa va por otros derroteros.
En el patio de armas de la Dirección General de la Guardia Civil, situado en el bullicioso centro de Madrid, se palpaba una atmósfera de respeto y solemnidad.
Este evento, uno de los más significativos del calendario militar, rendía homenaje a los guardias civiles que han perdido la vida en el cumplimiento de su deber, con un recuerdo especial para Carlos Francisco Bellido, quien fue atropellado este año en Jerez de la Frontera mientras ayudaba en la carretera.
Sin embargo, esta vez, el foco no solo estuvo en el recuerdo de los caídos, sino también en el vestuario de la máxima autoridad del cuerpo: Mercedes González Fernández.
La directora general, con una larga trayectoria socialista a sus espaldas, apareció presidiendo la ceremonia vestida con un jersey verde y un pantalón a cuadros blancos y verdes.
Esta imagen no pasó desapercibida; generó un auténtico torbellino en redes sociales y foros profesionales.
Muchos calificaron su atuendo como «inapropiado», «de estar por casa» e incluso lo compararon con un pijama, avivando un debate insólito sobre el decoro y la imagen institucional durante actos conmemorativos.
Iba en pijama?? https://t.co/gwgxPVAowa
— Pedro Muñoz Abrines (@MunozAbrines) November 5, 2025
Redes encendidas y sindicatos indignados
No tardaron en inundar X (anteriormente Twitter) memes, comentarios mordaces e incluso cadenas de WhatsApp que se burlaban del supuesto «pijama de Primark» que lucía la directora. «¿Eso que lleva no es un pijama? ¿Se pondría lo mismo para el funeral de algún familiar?», se cuestionaba un usuario. «A la directora se le olvidó quitarse el pijama de invierno», bromeaba otro. La escritora Lucía Etxebarria también se sumó al aluvión de críticas, comentando que «la opinión general es que ha ido al acto con el pijama de Primark» y que ella poseía uno similar pero en rosa.
En un acto sencillo y emotivo guardamos silencio respetuoso y honramos la memoria de todo el personal de la @guardiacivil que entregó su vida en acto de servicio. Su sacrificio es el mayor testimonio de la vocación y el compromiso con la seguridad y la libertad de España.… pic.twitter.com/wyi3BOL3zF
— Guardia Civil (@guardiacivil) November 3, 2025
Sin embargo, esta cuestión trascendió lo humorístico para convertirse en una preocupación institucional. Jusapol País Vasco, sindicato policial, manifestó su «indignación» ante lo que consideraron una «vergonzosa vestimenta» por parte de la directora, argumentando que esto contribuye al «desprestigio de la institución bajo gestión socialista». Varios mandos y exmiembros del cuerpo se cuestionaron públicamente si existe algún protocolo sobre vestimenta para altos cargos durante actos solemnes.
No faltaron voces que denunciaron el doble rasero y la posible carga sexista detrás de esta polémica. Algunos columnistas y analistas señalaron que aunque su atuendo era informal, mantuvo una sobriedad acorde con la gama cromática institucional. «Si hubiera sido un hombre, habría pasado desapercibido. En cambio, para una mujer se convierte en motivo de burla», afirmaba un análisis reciente, subrayando así la presión estética que recae sobre las mujeres en posiciones relevantes.
Se destacó también que el acto era interno, sin cobertura mediática ni invitados especiales; además, los mandos presentes llevaban uniforme habitual y no trajes formales. La directora suele optar por el color verde como parte de su identidad visual dentro del cuerpo.

El historial de pifias de Mercedes González
Este incidente no es aislado; Mercedes González ha estado inmersa previamente en controversias tanto mediáticas como institucionales. Su carrera política ha estado marcada por episodios polémicos:
- Durante su etapa como delegada del Gobierno en Madrid, recibió críticas por cómo gestionó diversas manifestaciones y coordinó las labores policiales.
- En octubre pasado, durante la inauguración del cuartel en Villasana de Mena (Burgos), también asistió con un atuendo similar —camiseta y falda a cuadros— generando comentarios aunque menos intensos.
- Recientemente ha sido acusada de mostrar falta de empatía hacia los agentes tras realizar declaraciones consideradas desafortunadas por varias asociaciones profesionales.
Aun así, sus defensores destacan su perfil técnico y experiencia tanto en comunicación institucional como política local y nacional; recordando su paso como concejala del Ayuntamiento de Madrid, delegada del Gobierno y responsable de comunicación en la FEMP.
Protocolo, imagen y el eterno debate sobre la solemnidad
La controversia reaviva antiguos debates sobre cómo deben presentarse los altos cargos ante el público y cómo distinguir entre lo protocolario y lo cotidiano. En el ámbito castrense, muchos analistas coinciden en que los homenajes a los caídos requieren una vestimenta adecuada a la importancia del momento. No se exige etiqueta rigurosa pero sí una consideración al decoro; esto comúnmente implica traje oscuro o vestimenta institucional apropiada.
Este asunto ha provocado también una reflexión sobre cómo se maneja hoy día la comunicación política y las crisis relacionadas con la imagen pública ante las redes sociales. Lo que para algunos fue una anécdota más podría ser visto por otros como una ofensa seria hacia los caídos y sus familias; además representa otra muestra más de esa supuesta desconexión entre ciertos cargos socialistas y los valores tradicionales del cuerpo.
