ETA hace pervivir de modo imaginario una dictadura que ya no existe
Cincuenta personajes de tres generaciones son hilo conductor de esta novela que recorre la historia del siglo XX en aquella región de España. Desde el 18 de julio de 1936 hasta la firma de la Constitución y el Estatuto de Autonomía. Cerca de un siglo en el que sus protagonistas reflejan la realidad del nacionalismo más feroz hasta la trágica cristalización de ETA.
María Jesús Orbegozo nacida en 1945 procede de una familia de industriales vascos en cuyo seno tuvo contacto con los distintos sectores de la sociedad vasca que se dan cita en esta novela coral.
En Hijos del árbol milenario (Ed. Planeta) contextualiza de manera brillante cómo surgen las primeras sombras de ETA y ayuda a comprender por qué todavía hoy la sociedad vasca vive bajo el yugo de los violentos.
«Los jóvenes que durante la dictadura son el germen de ETA reprochaban a sus padres, nacionalistas tradicionales, que no hubieran sido demasiado reivindicativos. Pero una vez llegada la democracia, cuando muchos vascos pensaron que era el momento de disolver ETA, lo que hace la banda terrorista es prolongar de modo imaginario una opresión al pueblo vasco que había desaparecido al caer el franquismo».
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María Jesús Orbegozo habla con un reservado optimismo de lo que supone el cambio político producido en País Vasco con el gobierno de Patxi López. No duda que es positivo pero sabe que en la sociedad todavía han muchos lazos que es necesario deshacer.
«En País Vasco se habla de política en círculos muy íntimos. Todavía hay vigilancia».
Es consciente de que estamos en el comienzo de la última etapa de ETA pero ese tiempo puede durar varias décadas.