El Senado tiene una bolsa de 25 traductores e intérpretes
Cerca de 7.000 euros se ha fastado este lunes el Senado en siete traductores. Dos para el catalán, dos para el gallego, dos para el euskera y uno para el valenciano.
José Montilla, cordobés de nacimiento, pero nacionalista catalán de corazón, (y más ahora que está en plena pre campaña electoral) se dirigió en catalán a la Comisión General de las Comunidades Autónomas, el único órgano del Senado donde se pueden hablar todas las lenguas españolas (castellano, catalán, gallego, euskera y valenciano), y donde acuden todos los presidentes y consejeros autonómicos.
Tomás Cuesta en su artículo de opinión de este martes en ABC —El farfollo y la nación india— define esta situación como un pesebre con piscina y solarium.
A todos ellos se dirigió Montilla y a cada uno en su lengua. Sólo le faltó tocarse con las plumas típicas de cada tribu: chapela, boina, barretina y el paraguas gallego. Cuando lo único que se pretende es no hacer el ridículo puede llegar a hacerse historia, pero cuando lo que se quiere es hacer historia, se acaba siempre por hacer el ridículo, que es lo que le pasó a Montilla, chapoteando en lenguas ininteligibles hasta para los traductores formados en las ikastolas, escolas y colegios de tres décadas de desastre educativo nacional.
Leon Buil Giral, escribe en Diario Crítico un artículo —El converso Montilla— explica:
Se ha estrenado el President catalán en el Senado utilizando su lengua adoptiva para pedir la renovación del Tribunal Constitucional, dando ocasión a que la Cámara Alta haya puesto en marcha un sistema carísimo de traducción simultánea de las lenguas cooficiales, sin duda para echar una manita a las cifras del paro contratando a siete traductores
El Mundo, define en su editorial de este lunes que lo que ayer se vivió en la Cámara Alta es un ‘esperpento político’ que resume el disparate de este Estado de 17 taifas en el que quieren convertir a España.
Si no fuera tan indignante que, con la crisis tan brutal que sufrimos, el capricho del Cordobés Montilla de hablar en catalán en una Camara donde todos son españoles nos haya costado en traductores unos 7.000 euros. Sería de chiste ver a Chaves Y Montilla, de origen andaluz, protagonizar ese diálogo de sordos.’
Es curioso, porque cada vez que se reúnen en la Comisión, vaya el presidente de la Comunidad Autónoma que vaya, los traductores de estas lenguas están presentes. Se hable o no se hable esa lengua en concreto.
Es curioso, porque siempre se traduce al castellano, nunca sucede al revés.
El Senado tiene una bolsa de 25 traductores e intérpretes, a los que recurre según se convocan reuniones de esta Comisión.
Esta legislatura ha habido siete reuniones de la Comisión General de Comunidades Autónomas. El gasto en traductores, según el dato de referencia, ha sido de unos 45.500 euros hasta ahora.
Un gasto que, si se tiene en cuenta los últimas de recortes sociales aprobados por el Gobierno para reducir el déficit, no deja de sorprender. Pensionistas, dependientes, funcionarios y futuras madres se preguntarán qué sentido tiene todo esto.
Este desfalco de dinero en forma de torre de Babel sucede en la Comisión General de las Comunidades Autónomas, pero hace menos de un mes, 34 senadores nacionalistas propusieron que el uso de estos traductores se extienda a las comisiones y plenos.