El líder del PPdeG y presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, aseguró este viernes que confía en que Francisco Camps no se enriqueció desde que gobierna en la Comunidad Valenciana y abogó por diferenciar entre «meter la mano y meter la pata», es decir, cometer «errores» que es, a su juicio, lo que «aparentemente» le ocurrió a su homólogo valenciano.
Así se pronunció en una entrevista con la Cadena SER, recogida por Europa Press, en la que preguntado por si Camps, salpicado por el ‘caso Gürtel’, «metió la pata», el presidente gallego contestó que «aparentemente sí». «Pero hemos de saber si metió la mano y yo creo que no», puntualizó.
En este escenario, hizo una reflexión sobre participar en la vida política y relató que «tiene sus riesgos». «Hay veces que uno tiene acusaciones injustas y otras que se tienen acusaciones de fondo», ejemplificó, antes de indicar que, en caso Camps, hay que investigar para «acreditar» hasta qué punto las acusaciones que recibe son «injustas».
Al tiempo, señaló que, de la misma forma que «hay que respetar autos y decisiones judiciales, hay que respetar la presunción de inocencia» y denunció el «fariseísmo político» que, en su opinión, acompaña a las críticas sobre la recepción de regalos por parte de los dirigentes públicos.
«Todos aceptamos regalos en nuestro cargo», admitió y reconoció que le gustaría saber «si hay algún ministro» que no lo haya hecho. «Me gustaría que me dijese su nombre», retó Feijóo y matizó que la «cuestión» reside en saber si el dirigente que acepta un regalo «lo hace a cambio de un contrato o por cortesía de cualquier empresa». «Que muchas veces ni conoces», agregó.
«SOY UNA PERSONA HONRADA»
En cualquier caso, reivindicó su honestidad y garantizó que en toda su vida en el ámbito público –en el que desempeña su actividad desde los 23 años– «jamás» modificó una contratación «en función de nada que no fuese el pliego y la propuesta de la mesa de contratación.
«Le puedo asegurar que yo soy una persona honrada», replicó a una de las participantes en el programa radiofónico, como lo son –agregó– «el 99 por ciento» de los políticos españoles, si bien admitió que «hay gente que aprovecha su cargo para enriquecerse». «Y a esos, hay que echarlos de la política», concluyó.
