El portavoz de CiU en el Congreso, Josep Antoni Duran i Lleida, considera «muy triste» que el PSC haya optado por apoyar la creación de una comisión de investigación en el Parlament sobre el conocido como ‘Caso Palau’ y la financiación de CDC y cree que esta discusión, en «vigilias» de las elecciones catalanas, va a «embrutecer» el debate electoral impidiendo que los ciudadanos puedan «percibir una auténtica confrontación de programas y opciones políticas».
En una entrevista con Europa Press, Duran sostiene que resulta «paradójico» que la Cámara catalana vaya a investigar un asunto que afecta a la oposición. «En los parlamentos normalmente se investiga al gobierno y la verdad es que (el tripartito) tiene cosas por investigar», dijo en referencia al ‘caso Pretoria’, en el que «se está viendo que ha habido peticiones y conversaciones por parte del gobierno para intentar influir en decisiones urbanísticas».
A su juicio, «puestos a investigar en el Parlament, lo lógico sería se investigase al gobierno», aunque recordó que el líder de CDC, Artur Mas, ha dicho que no tiene inconveniente en que ese asunto se investigue.
CiU HARA CAMPAÑA CON HUMILDAD
Con la vista puesta en las elecciones catalanas, previstas para otoño, el portavoz de los nacionalistas augura que «con un cambio en el Gobierno de Cataluña puede empezar un resurgir de la situación política y económica en España». «Hay que empezar de nuevo por Cataluña», asegura.
Duran espera que CiU logre una mayoría amplia y que su gobierno no se vea condicionado ni por PP, que presentó recurso contra el Estatut, ni por ERC que, a su juicio, ha contribuido mucho, junto con el resto de tripartito a «dañar la imagen de Cataluña». A su juicio, en los últimos años se ha incrementado el grado de desafección política de Cataluña con respecto de España y ya hay un 40 por ciento de catalanes favorables a la independencia. «Si yo fuera político de un partido español eso me preocuparía», alerta.
En su opinión, CiU tiene «las cosas bien orientadas», pero admite deben encarar la precampaña con modestia y humildad. «La mayoría absoluta dudo mucho que la tengamos, es posible que tengamos una mayoría amplia aunque falta mucho todavía para eso», reconoce.
LUCHAR CONTRA LA ABSTENCION
Así, incide en que «hay una demanda intensa de cambio», pero también «una gran mayoría social que está muy insatisfecha con la política y los político en general» que hará de la abstención un importante enemigo a batir. «El cambio es posible, pero ese cambio puede frustrarse si la misma gente que te lo pide, por ser crítica con todo el sistema político se queda en casa», advierte.
Según Duran también hay que tener en cuenta que después de los años del tripartito «hay una sensación muy compartida de que el país necesita un gobierno estable». Por eso no descarta que el electorado catalán en general y no sólo los votantes de CiU puedan dar una sorpresa a los suyos y les elijan para liderar un gobierno «fuerte y cohesionado» como el que, en su opinión, es necesario en determinados «momentos históricos».
Sea como sea, reconoce que, en el caso de volver a gobernar, la federación catalana «va a encontrarse con una situación muy difícil» en términos económicos y también en cuanto a la credibilidad de Cataluña y, además, tendrá que administrar el «escenario postsentencia» del Estatut.
GEOMETRIA VARIABLE AGOTADA
En cuanto a la situación general del país, Duran insistió en que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, tiene difícil aguantar hasta el final de la legislatura porque «la situación política es insostenible» y «al presidente del Gobierno ya no le tienen confianza los mercados». Además, cree que la fórmula de la ‘geometría variable’ sin aliados parlamentarios estables, que hasta ahora «ha dado buenos resultados» al PSOE, «ya se ha agotado».
«Las cosas pueden cambiar vertiginosamente, vamos a ver quién le aprueba el techo de gasto y con quién sacan los presupuestos», apunta. De momento, reitera que el PSOE no podrá contar con los nacionalistas catalanes para sacar adelante las cuentas para 2011.
Lo que ve más factible es que Zapatero pueda cambiar el Gobierno tras la Presidencia de la Unión Europea, una crisis que considera necesaria y que debería implicar una disminución del número de ministerios, más que por el ahorro que supondría, por lo que tendría que «ejemplificador». En concreto, aboga por la desaparición de la Vicepresidencia Tercera que ocupa Manuel Chaves y de como mínimo otros «dos o tres ministerios que son completamente innecesarios».
