El PP anunció hoy que solicitará la comparecencia del ministro del Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba, en el Congreso de los Diputados para que informe sobre las «agresiones» a agentes del Cuerpo Nacional de Policía en «la frontera de Melilla» con Marruecos, «especialmente» las que han afectado a «agentes femeninas».
En un comunicado, el portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Interior de la Cámara Baja, Ignacio Cosidó, y el diputado por Melilla Antonio Gutiérrez, subrayaron que se ha producido un «aumento de la tensión» con el país vecino.
Cosidó señaló que «España cuenta con unas Fuerzas y Cuerpos de Seguridad plenamente democráticas», que «cumplen escrupulosamente con la legalidad vigente y son plenamente respetuosas con los derechos humanos», por lo que incidió en que «la primera obligación del Gobierno español es defender el buen nombre y el buen hacer» de los policías.
El portavoz de Interior pedirá a Alfredo Pérez Rubalcaba que «detalle las últimas agresiones» a los policías españoles, que «han afectado especialmente a las agentes femeninas». Además, le solicitará al ministro que «explique las medidas que se han adoptado para que esas agresiones no se repitan, en especial, si ha reforzado los medios humanos y materiales necesarios para garantizar plenamente la seguridad» de las fronteras «fronteras terrestres» españolas.
«ACUSACIONES DE RACISMO INTOLERABLES»
Además de considerar «intolerables» las «acusaciones de racismo vertidas por las autoridades» del Reino alauí «contra» la Policía española, Cosidó indicó que «la buena vecindad y la colaboración en materia de seguridad» entre España y Marruecos son «imprescindibles» y que ambas cuestiones «tienen que ser» compatibles con «una defensa firme del Gobierno español de los funcionarios policiales que prestan servicio en la frontera».
Por último, criticó que el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, «se limite a ofrecer explicaciones a Marruecos ante acusaciones de racismo al Cuerpo Nacional de Policía y a la Guardia Civil que resultan intolerables y exigirían una respuesta contundente por parte de la diplomacia española».
