Urkullu dice no ver «nada que augure la irreversibilidad» en el comunicado de ETA que anuncia la suspensión de atentados

El presidente del EBB del PNV, Iñigo Urkullu, ha dicho no ver en la sociedad vasca «la emoción ni la ilusión que vivió» con la tregua de 1998, «ni siquiera la esperanza de que ésta sea la definitiva, como pudo pasar en 2006», a la vez que reconoce que no ha visto «nada que augure la irreversibilidad» en el comunicado de ETA que anuncia la suspensión de atentados.

En una entrevista concedida al diario ‘El Correo’, recogida por Europa Press, Urkullu indica que, en este momento, «hay una actitud de escepticismo y frialdad que no quita para que mire a los partidos» y añade que, «de ahí a que sembremos esperanzas infundadas va un trecho».

Urkullu, que no se atreve a decir «quién tiene el mando y quién marca el ritmo» en el mundo de la izquierda abertzale, señala la necesidad de ser «cautelosos y prudentes en las expresiones, por más que deseemos que haya un paso por parte de Batasuna y el cese definitivo de la violencia por parte de ETA».

En ese sentido, indica que, por una parte, tiene que valorar «un cese de acciones armadas ofensivas comunicado no se sabe a quién ni desde cuándo» y, sin embargo, «hace un mes teníamos constancia de la existencia de amenazas, chantajes, extorsión y coacción», lo que le lleva a hablar «con la máxima prudencia posible». «No me puedo dejar llevar por la ilusión, por la emoción o por reflexiones infundadas, asevera.

«INICIATIVA DE NORMALIZACION»

Por otro lado, precisa que la iniciativa política en la que trabaja tras la declaración de ETA de suspensión de atentados «no es una iniciativa de política antiterrorista, sino de normalización de la convivencia política», que se presentará a todos los partidos, incluida la izquierda abertzale.

Según explica, la iniciativa anunciada por el PNV para dar respuesta a la situación creada tras la tregua de ETA consiste en plantear a las demás formaciones «la búsqueda de un diagnóstico común, en el que quepan todas las sensibilidades ideológicas». Así, precisa que «no se trata de una iniciativa de política antiterrorista, que no nos corresponde, sino de normalización de la convivencia política».

Tras avanzar que se presentaría a los partido, incluida la izquierda abertzale ilegalizada, un documento, apuesta por la discreción en este asunto y se muestra preocupado ante la opinión del lehendakari, Patxi López, quien cree innecesario buscar un diagnóstico común entre los partidos sobre el alto el fuego porque, a su juicio, ya existe.

«Una respuesta así me preocupa bien porque interpreta que sólo cabe una política antiterrorista, la pública del Gobierno español; bien porque puede significar que hay alguna iniciativa oculta en la que él esté jugando un papel y otros (el Gobierno español, Eguiguren, la Batasuna ilegalizada…) otro», advierte.

El PNV, precisa, «actúa preocupado porque a algunos pueda interesarles una maraña de aquí a las elecciones municipales y por la necesidad de que los ciudadanos sepan lo que entre todos estamos dispuestos a hacer, incluso, si alguien puede ofrecer a Batasuna una cobertura si pide a ETA que dé un paso integral verificable. No se trata de afán de protagonismo».

Por otro lado, dice no temer «en absoluto» que el ‘polo soberanista’ desplace al PNV y explica que su partido quieren partir de conceptos como «el derecho a la vida, el derecho a las libertades individuales y el reconocimiento y el respeto al pluralismo de la sociedad vasca; y, a partir de ahí, construir un país entre todos donde prime la convivencia política y la normalidad. No es una respuesta a los propósitos de otras sensibilidades.

Urkullu insiste en que la iniciativa que quiere llevar a cano su partido «no es sólo en relación a una política antiterrorista o a un anuncio de tregua», sino que «va más allá, al diagnóstico de la situación y a lo que decíamos en el documento a la izquierda abertzale, que ahora tiene la oportunidad de dar los pasos que sabe que tiene que dar». «Queremos ver cómo normalizamos la convivencia política, algo que tiene vida propia al margen de un escenario de ausencia de violencia», subraya.

Tras reiterar el rechazo del PNV a la Ley de Partidos, advierte que Batasuna «tiene también que hacer sus deberes» para que sea legalizada y «tiene un problema de credibilidad que sólo se supera haciendo lo que tiene que hacer».

En ese sentido, dice querer pensar que lo que quiere la izquierda abertzale es «hacer política y que lo que estamos viviendo no es un juego de reparto de papeles, de estrategia y táctica». «Quiero pensar que en la autodenominada izquierda abertzale hay quien, sea por necesidad o por voluntad, ve que es necesario hacer una apuesta por las vías políticas», agregar, para insistir en que «es Batasuna quien tiene que hacer el recorrido y no pueden pedirnos a los demás que lo hagamos por ellos».

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