El vicesecretario general del PSOE y ministro de Fomento, José Blanco, defendió este sábado el carácter «progresista» de la reforma laboral y la del sistema de pensiones porque, según argumentó, lo es el hecho de adaptarse a los nuevos tiempos.
En su intervención en una Conferencia Política del PSOE de Extremadura, Blanco se reafirmó en que el Gobierno, está «haciendo lo que hay que hacer, aunque a veces nos duela y no lo podamos comprender».
En este sentido, estableció un paralelismo entre las últimas medidas y la reconversión industrial y la reforma de las pensiones que aprobó Felipe González, que provocaron al PSOE desencuentros con UGT y una huelga general como la que está convocada para el 29 de septiembre. «Hacemos las reformas que hay que hacer porque quien no evoluciona de acuerdo con los nuevos tiempos no es progresista: es conservador», sentenció.
En relación a la reforma laboral, se preguntó si «podemos estar satisfechos con el mercado de trabajo», que «en momentos de dificultad expulsa a muchas personas de su empleo». Recordando de nuevo la comparación con Alemania, que en la crisis ha perdido las mismas horas de trabajo pero muchos menos puestos de trabajo, concluyó que «algo falla» y, por tanto, habrá que «hacer las reformas necesarias para garantizar un modelo que, siendo más flexible, garantice una mayor estabilidad en el empleo».
En consecuencia, Blanco fue claro al afirmar: «No comprendo la convocatoria de la huelga general». Aunque dijo respetarla y se jactó de haber pactado con los sindicatos los servicios mínimos para compatibilizar el derecho de huelga y el de trabajar, rechazó «las razones que justifican esa convocatoria» porque «con cuatro millones de parados no podíamos quedarnos con los brazos cruzados».
RECORTE EN FOMENTO
Sobre los presupuestos, el ministro de Fomento subrayó que son los necesarios para cumplir econ el objetivo del déficit y se puso como ejemplo al proclamar que, pese a ser su departamento el más perjudicado con un recorte del 38%, lo acepta de buen grado si ello permite mantener el gasto social y las pensiones. Además, reiteró que, en 2011-2012, recurrirá al capital privado y los fondos de inversión para movilizar más de 17.000 millones para infraestructuras sin sacarlos de los presupuestos.
Además, Blanco afirmó que «el futuro no se construye con viejas recetas del pasado» y defendió los «volantazos» y cambios de política de que se acusa al Gobierno porque «sería increible que fuéramos por una carretera llena de curvas y no giráramos, sino que mantuviéramos el volante fijo». Para apuntalar su tesis, recordó los errores de diagnóstico y predicción en los que han incurrido los «gurús» de la economía.
Blanco tuvo también palabras para el PP, de quien dijo que es el «único que no cambia», pues sigue sin tener «ni una sola propuesta, ni una sola respuesta», y «dicen que hay que hacer lo que hacían cuando gobernaban». En concreto, criticó que el portavoz de Economía del PP, Cristóbal Montoro, defendiera la liberalización del suelo que, a juicio de Blanco, fue el origen de la burbuja inmobiliaria.
El número dos del PSOE contrapuso al presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, y al del PP, Mariano Rajoy, distinguiendo que, mientras la desconfianza ciudadana en el primero es «coyuntural», la que sufre el segundo es «crónica» y «no tiene arreglo». También aseguró que «Rajoy sigue representando lo viejo, lo antiguo, y Zapatero sigue siendo la persona que mejor encarna el proyecto de reformas, de cambio, de ambición de futuro».
Según la versión de Blanco, «Rajoy lo apostó todo a la crisis», y quiere «cobrarse pronto» su apuesta, porque si no llegará la recuperación. Por eso, aseguró, ha intentado evitar que el PSOE lograra los apoyos parlamentarios para sacar adelante el plan de ajuste y ahora los presupuestos. Respecto al acuerdo con el PNV que permitirá aprobar éstos últimos, Blanco acusó al PP de volver a «agitar la bandera del ‘se rompe’�, en este caso la caja única de la Seguridad Social, como antes hizo con España y la familia.