El vicecoordinador de Aralar, Jon Abril, ha afirmado que el Gobierno vasco debería «rectificar» su política en relación a la exhibición de fotografías de presos de ETA, que ha llevado a una operación «desproporcionada» que «sólo se puede comprender desde el odio», y, en este sentido, le ha acusado de hacer una interpretación «torticera» de la Ley de Víctimas.
En una entrevista concedida a Radio Euskadi, recogida por Europa Press, el dirigente abertzale se ha pronunciado de esta manera en relación a la decisión de la Audiencia Nacional de absolver a varios miembros de la comparsa bilbaína de Txori Barrote. Abril ha defendido que debería producirse un cambio en la política de la Consejería de Interior, que a su entender en el verano de 2009 puso en marcha «una operación desproporcionada, irracional y que sólo se puede comprender desde el odio».
Para el vicecoordinador de Aralar, «está claro que exhibir fotografías de personas que estén en la cárcel no puede ser nunca un delito». De este modo, ha criticado que «aquí se ha querido enjuiciar la solidaridad de un pueblo con los presos políticos» y, por ello, ha reclamado que debería «rectificar el señor Ares y el Gobierno de Patxi López».
En este sentido, ha considerado que el Ejecutivo autonómico hace una interpretación «torticera» de la Ley de Víctimas y ha censurado que «no se tiene la misma actuación con unas víctimas y con otras». De este modo, ha señalado que «recientemente se han cumplido 35 años del asesinato de Txiki y Otaegi, víctimas del Franquismo aún sin reconocer, y por parte del Gobierno vasco no se hace el más mínimo esfuerzo de comprender ese dolor, de acercarse al dolor de esas familias».
En este contexto, ha reclamado un «trato igual» para «todas las víctimas», porque de lo contrario «difícilmente» se podrá «hacer justicia».
PASOS SERIOS
Por otra parte, ha afirmado «querer creer» que los pasos que se han dado para avanzar hacia un proceso de paz son «totalmente serios», aunque ha advertido de que «la fragilidad nunca hay que obviarla» porque este tipo de procesos «suelen ser largos y difíciles».
Abril ha subrayado que «se están dando pasos importantes que no se habían alcanzado ni siquiera en el Acuerdo de Lizarra-Garazi ni tampoco con posterioridad en las negociaciones de Loiola» y, por tanto, el Acuerdo de Gernika es «un gran avance».
Según ha añadido, «quizá ETA pueda tener más dificultades o ir a un ritmo más lento del que quisiéramos la práctica totalidad de los agentes sociales y políticos, pero estoy convencido de que por parte de Batasuna los pasos que se están dando, se están dando con total convencimiento».
ATREVERSE A UNA INTERPRETACION LAXA
El dirigente de Aralar ha manifestado no tiene «ninguna duda» de que la ilegalizada Batasuna debería estar presente en las próximas elecciones, pero sí de que el Gobierno central, «en una situación tal débil» como la actual, se «atreva» a hacer «una interpretación más laxa» de la que ha hecho hasta ahora de la Ley de Partidos. «Tengo alguna duda de que el Gobierno español va a actuar con la misma responsabilidad y va a tener un juego limpio y democrático», ha explicado.
En relación a una posible incorporación de Batasuna a Nafarroa Bai, ha señalado que esta decisión debe tomarla la propia Batasuna y solicitar su ingreso en NaBai «aceptando los principios de una coalición táctica entre partidos políticos» y ha asegurado que, «si los acepta», por parte de Aralar «no tendría ningún problema». «La puerta siempre ha estado abierta», ha apuntado.
Asimismo, ha pedido «mayor claridad» a los dirigente de Batzarre, que han apostado por «constituir una entente con IU», y les ha advertido de que «no pueden tensar la cuerda en Nafarroa Bai y luego ellos definirse por otra coalición».
En su opinión, esta formación «ha dado un giro bastante radical» en sus planteamientos políticos y ha añadido que, «con las máximas» que propone y si no acepta «principios fundamentales» como el derecho a decidir en Navarra o el reconocimiento de todas las víctimas, ve «difícil» que esté presente en NaBai.
Preguntado por la ausencia de Aralar de la marcha desarrollada este pasado domingo en Pamplona, ha explicado que su partido comparte «muchas cuestiones» con Independentistak, pero también tiene «grandes diferencias», entre ellas que Aralar sostiene que «mientras no sumemos mayorías el trabajo no va dar los frutos necesarios para conseguir la independencia».
En esta línea, ha reconocido que las diferencias entre las distintas fuerzas soberanistas son «muy notorias» y, por ello, «quizá sea más fácil, en este momento, conseguir acuerdos en cuestiones de urgencia o necesidad» como la pacificación y la normalización política. Por el contrario, ha considerado que, en otros asuntos en que «el recorrido es más largo» y «no coincidimos en la estrategia», se «dificulta bastante el trabajo en común».
EL «JUEGO» DEL PNV
En relación a la posible negociación de nuevas transferencias, ha reiterado que «cuantas más transferencias se traigan, mejor para Euskadi» porque un mayor autogobierno supone «menos ataduras con el Estado», pero ha precisado que «esa vía está agotada» y ha subrayado la «falta de voluntad notoria» desde el Ejecutivo central «estando quien estuviera» al frente.
Asimismo, ha opinado que, «sin quitar méritos a nadie», este debate no debería estar «ligado» a la negociación presupuestaria, que se debería «ceñir» a las partidas de las propias cuentas. «Hay una actitud viciada. No es buena para el propio Estatuto ni para Euskadi que se vayan negociando transferencias en base a la aprobación o no de unos presupuestos», ha indicado.
En su opinión, el PNV es «muy consciente» de que «tiene una oportunidad muy buena de poner contra las cuerdas al PSOE» porque «prácticamente es la única salvación que le queda al Gobierno de Rodríguez Zapatero» y «sabe además que esa posición debilita a Patxi López». De este modo, ha estimado que la formación jeltzale «sabe a lo que está jugando» y «hace bien en ese sentido».
