MADRID, 23 (OTR/PRESS)
Nadie duda de que Alfredo Pérez Rubalcaba, antes de la remodelación, era ya un puntal en el Gobierno. Ahora, si cabe, lo es y será más. Su primera rueda de prensa como portavoz no dejó dudas de que arranca sin ningún complejo y que será látigo permanente del PP opositor. Al PP de Rajoy dirigió un par de inventivas muy indicadoras de lo que les viene encima, primero cuando habló del machismo genético del PP, y en segundo lugar cuando los situó de pasajeros sin nada que hacer en un barco en el que se esfuerzan patrón y marinería. Eso doble ataque de machistas y vagos. Con bastante probabilidad, es el aperitivo con el que se estrena este hombre de muchas tablas y que a muchos, sobre todo para atacarle, les rememora el felipismo del GAL. También es consciente de que a menudo escuchará acusaciones como las relativas al Caso Faisán o al control telefónico de Sittel. Pero está acostumbrado a esa clase de actuaciones y acusaciones, por lo que es, si cabe, enemigo más peligroso. Sabe por dónde le van a llegar los golpes.
De momento, tiene a la oposición un tanto acobardada porque es consciente de que se le terminó el viejo tiempo de atacar y atacar sin que nadie replicara. No será ése el caso de Rubalcaba. Ya decíamos, que es hombre de escasos o nulos complejos. Más complicado puede ser su mensaje de que este gobierno tiene un jefe y quince portavoces, y que los quince ministros defenderán lo propio y lo de los demás. Esta sí es que una regla no escrita que hasta la fecha se ha respetado con esmero: Nadie entra al trapo de los restantes ministros. Rubalcaba anuncia que eso dejará de ser de ese modo, y que cada cual saldrá a los trapos que se le pongan delante, sean propios o ajenos.
Veremos en que se queda esta instrucción lanzada en el estreno del nuevo portavoz. Por lo demás ya hemos escuchado al portavoz del PP, González Pons, a quien le parece inadecuado que Rubalcaba compatibilice tantos cargos: vicepresidente, ministro del interior y Portavoz. De inmediato ha replicado el apuntado que si Rajoy pudo hacerlo, con el mismo derecho lo hará él. Ya digo, no tiene complejos ni nada que ocultar, del pasado -GAL, felipismo-, ni del presente, Faisán o Sittel. Los periodistas estamos de enhorabuena porque tendremos suculentas réplicas, y la Oposición deberá andarse con mucho más cuidado que en los últimos años. ¿Volverá Cospedal a denunciar recortes en las libertades sin acusaciones más concretas? La propia Cospedal admitía hace unos días que este nuevo gobierno de Zapatero llega con propósitos de mucha mayor presencia pública.
De momento, en el PP se está prestando particular atención a las sugerencias del Presidente Zapatero sobre las relaciones de los abertzales con la banda ETA. Mayor Oreja ha reiterado sus enésimas acusaciones de que el Gobierno viene manteniendo, con Batasunos y etarras, alguna clase de conexión y relación que le conducirá a unas negociaciones formales párale final de la banda. Y añade Mayor que a ese contubernio se ha añadido recientemente el PNV de Urkullu. Por su parte, el gobierno insiste en que nada hay nuevo en las relaciones con los etarras y proetarras, y como demostración, ahí tenemos la nueva actuación policial contra la cantera de la banda ETA. Pero ya se han llegado a escuchar voces que reclaman que Basagoiti y el propio Rajoy pidan explicaciones más concretas al lendakari López, con la amenaza de romper el apoyo externo que el PP viene dando al Gobierno. Es un complicado juego «a cuatro», el que mantienen PSE y PP, de un lado, y PNV y los abertzales de otro. Veremos si alguna de las partes termina rompiendo…
