De la Rúa defiende que su relación con Camps era institucional

El presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana (TSJCV), Juan Luis de la Rúa, ha afirmado que la causa contra el presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, por el ‘caso Gürtel’ –llamada causa de los trajes–, fue «una más», y ha defendido que su relación con él era «institucional» y «no de amistad íntima». Así, «el caso fue uno más para este presidente, y nada más».

Así de rotundo se ha mostrado De la Rúa por primera vez en relación con este asunto después de que la Sala de lo Civil y Penal del TSJCV aceptase hace más de un año y medio investigar a Camps, y de las diferentes acusaciones de «amistad» que se vertían contra ellos.

De la Rúa ha reiterado que la causa contra Camps «era una causa más que estaba en la Sala de lo Civil y Penal» –que él preside hasta el 13 de diciembre, día en que toma posesión de su cargo la nueva presidenta del TSJCV, Pilar de la Oliva–. «Yo no le dí más trascendencia ni más importancia que la causa siguiente que había en el tribunal», ha dicho.

Ha reconocido que a los medios de comunicación, desde el nivel de la opinión pública, les podía interesar este caso, pero para él, como juez, «era una causa más», ha insistido, y ha destacado que él ha sido «juez y nada más».

Sobre este asunto, ha indicado que cuando el tribunal no admite a trámite una querella, no lo da a conocer a nadie, pero ha puesto como ejemplos –para defender su imparcialidad– el hecho de que «nadie ha hablado de que aquí se desestimó una querella contra Joan Ignasi Pla cuando era secretario general del PSPV, interpuesta por el presidente de la Diputación de Castellón, Carlos Fabra, donde yo intervine y firmé, y con el que tenía la misma relación institucional que con Camps».

Y tampoco, ha agregado, «nadie ha hablado de que admitimos a trámite una querella formulada contra el secretario de Administraciones Públicas del PSPV, Antoni Such, y el ex diputado en las Cortes Valencianas, José Camarasa, por el ex presidente de la Generalitat, Eduardo Zaplana, que también la firmé yo cuando yo tenía una relación institucional con Such o Zaplana idéntica a la de Camps», ha resaltado.

Interpelado por la frase que pronunció Camps en la toma de posesión de la consejera de Justicia, Paula Sánchez de León, el 19 de septiembre de 2008, cuando se refirió a De la Rúa en términos de amistad, éste ha aclarado que «esta frase de la amistad no iba dirigida a la amistad personal» así que «está sacada de contexto».

Ha explicado que Camps «hablaba de relación institucional, que había sido ejemplar» y dijo que «eso tenía que aplicarse a todas las administraciones, donde cada uno con respeto de sus distintas posiciones habíamos debatido, escuchado y tratado de buscar que funcionase la Administración de Justicia».

Así, ha indicado que el jefe del Consell, en un discurso «improvisado» y «hablando de esa relación ejemplar», es «cuando se atrevió a calificarla de amistad o de más que amistad, y se sacó de contexto para hablar de una amistad personal. Eso fue el problema», ha incidido.

«Fue sacada totalmente de contexto», ha reiterado De la Rúa, quien ha expuesto que en el momento en el que en algunas comunidades como en la valenciana, la justicia depende económicamente en un 85 por ciento del total del Gobierno de la Generalitat, «significa que tiene que consolidarse una relación institucional –entre el presidente del Gobierno autonómico y el del TSJCV–, pero de ahí a pasar a amistad íntima, que es lo que habla la ley, hay un trecho muy grande».

«NI UNA CERVEZA»

El presidente en funciones del TSJCV ha insistido en que no ha comido, cenado ni tomado una cerveza «en plan privado» con Camps, «jamás». Además, tampoco ha ido a su casa, ni él a la suya. «No sé cómo se constituye su familia, ni él la mía. He casado a cuatro hijos y no le he invitado a la boda. Han fallecido mis padres y me llamó para darme el pésame pero no vino al entierro». Así que se ha preguntado «dónde está el amigo íntimo al que no le invitas y no está».

Por todo, ha concluido que «relación institucional sí, toda», y se ha preguntado si tendría que haber incumplido la ley, haberse «lavado las manos» y «cargarle a otro» este caso después de 40 años de servicio pidiendo que se respete la normativa. «Qué hago», se ha vuelto a preguntar. «El caso fue uno más para este presidente, y nada más», ha remarcado.

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