Los tres grupos gallegos reprueban su «motín» y PPdeG y BNG cuestionan también la actuación del Gobierno

Los tres grupos con representación en la Cámara autonómica –PPdeG, PSdeG y BNG– han coincidido en reprobar el conflicto generado por el paro de los controladores aéreos –un auténtico «motín corporativo» en palabras del portavoz parlamentario socialista, Xoaquín Fernández Leiceaga–, si bien populares y nacionalistas se han mostrado críticos también con la actuación del Gobierno.

Así lo manifestaron en la rueda de prensa posterior a la Xunta de Portavoces, que se reunió este martes, en la que el portavoz del PPdeG en el Parlamento, Manuel Ruiz Rivas, cargó contra la actitud «totalmente irresponsable y beligerante» de los controladores, pero también dio por probada la «incompetencia» del Ejecutivo que preside José Luis Rodríguez Zapatero.

«El problema con lo controladores no es nuevo, pero se nos vendió que estaba arreglado», recriminó el portavoz nacional, antes de poner en duda la idoneidad de impulsar «determinadas medidas» que afectan a este colectivo coincidiendo con el puente y «sin pensar» en las «graves consecuencias» que podría tener una respuesta «irresponsable», como la que «finalmente se produjo».

Al respecto, su homólogo en el BNG, Carlos Aymerich, admitió que cuando se produce un problema de este calibre hay que «solucionarlo», pero advirtió de que ahora toca «reflexionar y preguntarse» cómo se ha llegado a esta situación. «La insensible actuación de los controladores no tiene excusa, pero habría que preguntarse por qué el Gobierno esperó hasta el viernes para actuar frente a un problema que no es nuevo», argumentó el portavoz nacionalista.

Del mismo modo, Aymerich alertó de que, «tal y como indica hoy algún medio de comunicación», la declaración de estado de alarma tiene «una escasa cobertura legal», al tiempo que remarcó que la Fiscalía General del Estado no va a actuar por la vía penal militar contra los controladores porque, «con la Constitución en la mano, no puede».

MEDIDAS «MUY PELIGROSAS»

Al hilo de esta afirmación, el portavoz nacionalista insistió en que las medidas de excepción son «muy peligrosas» por lo que sólo deben aplicarse «en dosis homeopáticas» y no como mecanismo habitual para hacer frente «a una huelga encubierta». «Es la primera vez que se decreta el estado de alarma en 32 años de democracia y hubo un ‘Prestige’ y un intento de golpe de Estado», recordó.

En el polo opuesto, manifestó su convicción de que sólo se puede hacer frente al problema de los controladores tomando «medidas estructurales» e insistió en que para «aplicar la ley e incoar expedientes sancionadores» no había que esperar hasta el pasado viernes. «Supongo que nadie esperó a que se pudriese la situación para aparecer de salvador de algo», advirtió.

REGIMEN DE FUNCIONAMIENTO

Por su parte, Xoaquín Fernández Leiceaga incidió en que «está claro» donde se sitúan «las responsabilidades» y apuntó a los controladores, al tiempo que justificó los pasos dados por el Ejecutivo estatal, que utilizó –ha recalcado– «los medios a su alcance» para dar una solución rápida «a un motín corporativo de esta envergadura».

En este escenario, manifestó su deseo de que los responsables de los ministerios implicados consigan ahora «modificar» el régimen de funcionamiento del colectivo de controladores aéreos para evitar que se repita la situación que se produjo el pasado fin de semana en el espacio aéreo español.

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