Lissavetzky cree que la operación en Mercamadrid es «artificio financiero» y la compara con «vender joyas de la abuela»

El secretario de Estado para el Deporte y candidato socialista a la Alcaldía de Madrid, Jaime Lissavetzky, ha opinado este jueves que la operación en Mercamadrid no es más que un «artificio financiero» y la ha comparado con «vender las joyas de la abuela», cuya única consecuencia a la larga es que los madrileños «serán más pobres» al no contar ya con esas propiedades.

En un receso de la reunión del Grupo Municipal Socialista, y escoltado por el portavoz en el Ayuntamiento, David Lucas, Lissavetzky ha opinado que la situación de endeudamiento del Consistorio «no sólo se arregla con artificios financieros» para, a continuación, afirmar que Mercamadrid no es más que una «especie de realidad virtual financiera, no una salida».

«Es un artificio para tratar de tapar agujeros económicos que se convierten en sociales», ha defendido después de criticar la actuación del equipo de Alberto Ruiz-Gallardón para «tapar» el endeudamiento municipal y que no es otra que la venta de patrimonio público, como se demuestra con la «oleada de privatizaciones» junto a «contabilidades financieras artificiales y artificiosas».

El encuentro de este jueves ha servido como aperitivo del que tendrá lugar el sábado, cuando Lissavetzky se reúna con los vocales vecinos que representan al PSOE en los 21 distritos. La reunión también ha tenido como fin analizar la «preocupante situación» por la que pasa el Ayuntamiento dada su «asfixia financiera».

OFICINA YA EN MARCHA

«Queremos avanzar en la búsqueda de soluciones, por lo que ya hemos iniciado la elaboración de nuestro programa. Tengo una oficina electoral (en la calle Ferraz, 55) en la que se está trabajando de modo duro y riguroso y que tiene unas expectativas de trabajo muy importantes», ha explicado.

Su estrategia queda dividida en cuatro fases siendo la primera los diagnósticos que cada distrito entregará hasta mediados de este mes. Esta etapa dará lugar a las visitas a los barrios y a la elaboración del programa electoral con propuestas de agrupaciones y del trabajo con colectivos sociales. La tercera fase será la aprobación del programa de «micropolíticas», luz verde que recibirá en un Comité Regional del que aún no puede poner fecha y la última será la campaña en sí.

Lissavetzky ha dejado claro que llega al Ayuntamiento «dispuesto a pelear democráticamente» para que los madrileños que tienen «hipotecado su futuro» por las políticas del equipo de Gallardón» puedan salir de esta situación de asfixia financiera que redunda en unos servicios públicos debilitados y con peor calidad».

En este punto, el secretario de Estado para el Deporte ha querido agradecer las palabras de apoyo del regidor hacia su persona en relación al Mundial de Fútbol de 2018. Así, ha confesado que el primer mensaje que recibió en su móvil tras conocerse que la organización correría a cargo de Rusia fue del alcalde de Madrid, quien le envió «ánimos» y le felicitó «por el trabajo de la Federación y del Consejo Superior de Deportes».

Sobre cuándo podría abandonar la Secretaría de Estado para el Deporte, Lissavetzky ha dicho que es una decisión que depende directamente del presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, pero ha bromeado señalando que, aunque no hay fecha fija, será «antes de las elecciones».

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