Jordi Carbonell lamenta que la cúpula de ERC no apoyara a Carod tras reunirse con ETA

El ex presidente de ERC Jordi Carbonell lamenta que la cúpula del partido no apoyara al entonces ‘conseller en cap’ de la Generalitat, Josep-Lluís Carod-Rovira, cuando éste se reunió con ETA.

Así lo afirma en sus memorias, ‘Entre l’amor i la lluita’ (Proa) –‘Entre el amor y la lucha’–, recién publicadas, y en las que critica que la Ejecutiva del partido se «acobardó» y aceptó sustituir a Carod como ‘conseller en cap’ por Josep Bargalló, aunque éste fue un «gran conseller primer».

El ex dirigente independentista reprocha a ERC que con este relevo se plegó a la voluntad del PSC y del líder del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, cuando lo que tendría que haber hecho es aguantar a Carod en el Govern y no ceder ante los socialistas que amenazaban con romper el tripartito si el ‘conseller en cap’ no abandonaba el Ejecutivo.

«Yo era partidario de aguantar: si los socialistas amenazaban con romper, que tuvieran la valentía de hacerlo, pero no se podía castigar a una persona que había hecho una actuación en el mismo sentido que a otros les ha valido muchos premios, incluido el Nobel de la Paz», sostiene.

Expulsar a Carod del Govern era «injusto y políticamente negativo», por lo que, cuando la dirección de ERC decidió relevarlo por Bargalló, Carbonell explica que abandonó la reunión de la Ejecutiva «indignado y protestando de forma vehemente».

Carbonell recuerda que es una de las pocas personas a las que Carod consultó su reunión con ETA antes de que se produjera, y recuerda que le dio su plena aprobación porque avaló que era un buena decisión para contribuir al fin de la violencia en el País Vasco.

Después de que se publicara en la prensa el encuentro con la banda, lamenta que empezó una «caza de brujas violentísima» contra Carod, de la que critica que fueron cómplices el líder de CDC y de CiU, Artur Mas, y el de UDC, Josep Antoni Duran, a los que reprocha que mantuvieron una actitud «vergonzosa» por su agresividad contra Carod.

Pese a su crítica al partido por este episodio, Carbonell hace un balance positivo de su paso por ERC, que presidió entre 1996 y 2004, y que considera «el único partido que sigue con consecuencia el camino hacia la independencia de Cataluña y su plenitud nacional», palabras que dice poco después de que le haya surgido a ERC un competidor en el ámbito nacionalista, Solidaritat Catalana per la Independència (SI).

LENGUA Y ANTIFRANQUISMO

Nacido en Barcelona en 1924 y licenciado en Filología Románica por la Universidad de Barcelona, la vida de Carbonell está marcada por su entrega a dos pasiones: la defensa académica de la lengua catalana y la lucha antifranquista.

Condecorado con la Medalla de Oro de la Generalitat, fue uno de los impulsores de la Asamblea de Cataluña, el organismo unitario de oposición antifranquista en el que partidos, sindicatos y otras organizaciones catalanas reivindicaron el fin de la dictadura y la aprobación del Estatut.

Relata en sus memorias las torturas que sufrió en la comisaría tras ser detenido en una reunión de la Asamblea, su paso en dos ocasiones por la cárcel Modelo, y los primeros grandes logros del antifranquismo, como la celebración, en 1977, del primer 11 de septiembre tras la muerte de Franco.

«Que la prudencia no nos haga traidores» es la frase célebre que siempre se le recuerda a Carbonell, aunque afirma en sus memorias que su axioma favorito es: «Con España no hay nada que hacer».

CONTRIBUYE CON PERIODISTA DIGITAL

QUEREMOS SEGUIR SIENDO UN MEDIO DE COMUNICACIÓN LIBRE

Buscamos personas comprometidas que nos apoyen

COLABORA

Lo más leído