(Ampliación) Artur Mas priorizará un pacto fiscal que lleve a un modelo propio

El candidato a presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, afirmó este lunes que Cataluña, frente a la crisis, su identidad como país y sus reivindicaciones estatutarias, «volverá a vencer». En este marco, reclamó apoyo para establecer un modelo de financiación propio, del estilo del Concierto vasco.

En su discurso de investidura en el Parlament, Mas recordó sucesos recientes como la sentencia del TC que recortó el Estatut o la situación económica que ha llevado a un 17% de la población activa al desempleo. «Los momentos más difíciles de su historia», dijo Mas, quien, sin embargo, destacó que para afrontarlos «tenemos una cohesión interna que otros países quisieran para ellos».

El candidato arrancó con su programa de actuación para salir de la crisis, pero también se fijó en la defensa del catalán como idioma principal para anunciar que en la escuela esta será «la lengua vehicular» en todas las etapas educativas: «Mi apuesta es una escuela catalana y unos alumnos trilingües (catalán, castellano e inglés)».

En lo social, adelantó su propósito de desarrollar una ley de dependencia propia catalana, así como su compromiso de elevar el gasto social cuando la crisis económica remita.

Pero lo más sobresaliente de la intervención del candidato a presidir la Generalitat estuvo vinculado con el futuro de Cataluña en relación con España: «Se ha constatado que el pacto constitucional entre Cataluña y el Estado no da más de sí». Y en este ámbito, recordó que el TC «ha cortado cualquier posibilidad de hacer evolucionar a España hacia un Estado plurinacional».

Porque, subrayó, «Cataluña quiere ser una sola nación en un solo Estado» y, por ello, «España también ha de entender que Cataluña no parará en la defensa de su autogobierno».

Evocó la manifestación del pasado 10 de julio, bajo el lema «Somos una nación. Nosotros decidimos», para afirmar que, al igual que España hizo su transición democrática tras el Franquismo, esta es la hora en que «Cataluña tiene que hacerla ahora; no una revolución, sino una transición, de forma pacífica», que descanse sobre el principio del «derecho a decidir». Eso sí, a partir de «mayorías amplias y consensuadas y evitando dividir a la sociedad catalana en dos mitades».

«Si Cataluña es una nación, los catalanes tenemos el derecho democrático a decidir lo que más nos conviene como pueblo y es responsabilidad de un presidente no cerrar las puertas, pero también no fracturar la sociedad», agregó.

Aspectos concretos, la definición de un modelo propio de financiación para Cataluña, «más justo», y aprovechar esa «reclamación justa» para sacar adelante el pacto fiscal, «este gran reto que no puede afrontar un gobierno en solitario sino con la mayoría de la sociedad», puesto que «la fuerza de la unidad es nuestro principal activo».

Un pacto fiscal que, resaltó Mas, «nos permita gestionar los recursos que se generan en Cataluña»; un pacto inspirado en el modelo de concierto económico, como el vasco.

Y como frase lapidaria de su intervención, Mas hizo suyo el célebre mensaje kennedyano: «No es el momento de preguntarse qué puede hacer Cataluña por nosotros sino qué podemos hacer nosotros por Cataluña».

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