(Ampliación) Cataluña. Mas, en su toma de posesión: «tengo más deberes que cumplir que derechos que reclamar»

El nuevo presidente de la Generalitat de Catalunya, Artur Mas, expresó este lunes su plena fidelidad al pueblo catalán y sus ganas de «servir» a Cataluña en su acto de toma de posesión. Aseguró estar «en deuda» con la confianza «que mi país ha depositado en mí» y dijo tener «muchos más deberes que cumplir que derechos que reclamar».

Tras prometer el cargo y recibir la condecoración que se van pasando los presidentes de la Generalitat en ejercicio, en este caso de manos de José Montilla, Mas trasladó su agradecimiento a Montilla por «el impecable traspaso de poderes» entre los dos gobiernos y presidentes, lo que dijo que es un «un signo de continuidad y plena normalidad constitucional» en un momento en el que el país necesita este tipo de gestos. «Esta es una actitud de servicio a nuestro país», afirmó.

Mas tuvo también palabras de agradecimiento para la gente que ha estado a su lado, pero también para sus adversarios, porque, a su juicio, entre todos «hemos conseguido que la política en Cataluña se condujese por unos caminos, como decía el presidente Montilla, de normalidad, educación y sentido positivo».

El nuevo presidente dijo haber hecho dos cosas «realmente importantes» en su vida que dejan «marca»: la primera hace 30 años cuando conoció a su mujer Elena, se casó y tuvo tres hijos; «y la otra convertirme en presidente de mi país, presidente de Cataluña».

En su discurso como nuevo presidente de la Generalitat en el Salón San Jordi del Palacio de la Generalitat, Mas dijo sentirse «en paz consigo mismo» tras conseguir ser presidente de Cataluña, y dijo sentirse «en deuda con ese poso de confianza que mi país ha depositado en mí. Estoy en deuda y tengo muchos más deberes que cumplir que derechos que reclamar».

En la misma línea que lo expresado poco antes por Montilla, dijo tener «muchas ganas de servir a Cataluña y a los catalanes que de ser servido». Indicó que vuelve a la Generalitat con más bagaje que cuando hace diez años Jordi Pujol le nombró consejero y que en estos últimos años ha «mamado el país» y conoce mejor las ilusiones y esperanzas de la gente, una experiencia que agradeció porque dijo que le permite ejercer mejor la Presidencia.

MOMENTO MUY DELICADO

Reconoció que llega en un momento «muy delicado» en el que el país está lleno de problemas y mucha gente tiene «miedo», pero dijo que afronta esa situación con el lema que figura en una rueda de timón que le regalaron hace años en la que se lee «la cabeza fría, corazón caliente, puño fuerte y los pies en el suelo».

Agregó que «nos toca a todos juntos», al Gobierno, al presidente y a toda la sociedad «poner a nuestro país en marcha», movilizar proyectos y activos y «no tener miedo». Por ello, dijo que quien tenga ideas o algo que aportar, «tiene el derecho moral de ponerlo en la mesa al servicio del país».

Mas señaló que los gobiernos los pone y los retira la gente, y dijo no sentirse «un resistente, tampoco un libertador, sino un constructor de la nación catalana».

Concluyó indicando que la vida de los pueblos y naciones no se mide ni en años, décadas o siglos, sino en milenios y «yo hoy me siento como un anillo más de esa cadena», y «lo que tenemos que hacer es sentirnos humildes servidores de este país que es el nuestro».

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