Escaño cero.- El año que viene.

MADRID, 30 (OTR/PRESS)

El 2011 ya está llamando a la puerta y no sé si recibirle con alivio o llena de prevenciones habida cuenta de que las cosas siempre son susceptibles de empeorar. En cualquier caso el 2010 ha sido un mal año. El año en que la crisis se hizo omnipresente determinando nuestro presente y sumiéndonos en la incertidumbre de lo que nos pueda deparar el futuro.

El presidente Rodríguez Zapatero seguramente recordará el 2010 como el peor año de su vida pública. Ha sido el año en que su figura política ha sufrido un deterioro tan brutal que las encuestas señalan que ni siquiera tiene predicamento entre los votantes socialistas y que la buena parte de la ciudadanía le ve como parte del problema y no como una solución a los problemas que nos afectan.

Su gobierno tampoco genera confianza a pesar del ‘efecto Rubalcaba’, y lo que es peor, en las elecciones municipales y autonómicas que se celebraran en primavera, muchos alcaldes y dirigentes autonómicos pueden recibir un voto de castigo, no contra ellos ni su gestión, sino contra Zapatero pero en sus propias carnes. De manera que el 2011 no comienza con buenas perspectivas para el PSOE al que los sondeos también auguran que dentro de año y medio perderá las elecciones generales frente a Mariano Rajoy, un candidato que hace unos meses nadie daba mucho por él, y que en realidad sus muchas posibilidades de ganar las elecciones no se deben a que genere ilusión ni confianza sino al deseo de los ciudadanos de que se vaya Zapatero.

El año también comenzará con la ‘espada de Damocles’ sobre la deuda de nuestro país que puede llevar, si no a la intervención por parte de la Unión Europea, sí a que nos impongan unas condiciones draconianas para echar una mano a nuestro economía. Todo esto con el telón de fondo de la subida de la electricidad y del gas, de los trenes de cercanías, con la reforma de las pensiones encaminada a que nos jubilemos más tarde, a los 67 años, y trabajemos más años para tener derecho a una pensión. Amén de otros recortes en el Estado del bienestar del que hemos disfrutado hasta ahora.

Zapatero se ve obligado a hacer una política que es la contraria de la que ha defendido, y para hacer caja se va a desprender de algunas pequeñas joyas que aún conservaba el sector público, por ejemplo los aeropuertos, o la lotería. Añádase el número de parados, la fuga de talento, de jóvenes, al extranjero buscando trabajo, y el panorama no puede ser más desolador.

Incluso nuestro presidente que siempre peca de optimismo ahora dice que tenemos crisis por lo menos para cinco años, esperemos que en esta ocasión acierte y no sea más tiempo. Así las cosas Mariano Rajoy solo espera que el PSOE caiga como fruta madura, al tiempo que CiU ha recuperado protagonismo e influencia ya que vuelve a gobernar Cataluña. Eso sí, resulta inquietante su deriva independentista que supone añadir más zozobra a la situación actual.

La buena noticia es que en el País Vasco hay estabilidad, que el pacto PSOE-PP funciona, y Patxi López está demostrando ser un lendakari eficaz. López y Basagoiti son dos líderes que están demostrando capacidad y sobre todo altura de miras.

En cuanto a Izquierda Unida, puede encontrar su oportunidad de crecer a cuenta del PSOE. E incluso Rosa Díez también puede encontrar entre los socialistas un buen caldero de votos. El caso es que el 2010 se va dejándonos un reguero de problemas y el 2011 es una incógnita que tardaremos doce meses en despejar, pero no por eso vamos a dejar de desear que sea un feliz y prospero año, ¡ojalá! En fin, el año que viene ya está aquí, que sea bien.

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