El diputado del PSOE y ex secretario general del PSM Rafael Simancas estima que los socialistas han de plantear la campaña de las elecciones autonómicas y municipales del 22 de mayo desde una perspectiva nacional, porque los votantes no van a olvidar que «viven en un país en crisis» y porque, a su juicio, el PSOE no tiene «nada que ocultar ni nada que eludir» en ese enfoque.
En un artículo recogido por Servimedia del número de mayo de la revista «Temas para el debate», cuyo Consejo de Redacción preside Alfonso Guerra, Simancas argumenta que, aunque el carácter de los comicios sea regional y local, la decisión del votante obedece también al » desarrollo de la política nacional» y, por tanto, «se equivocan quienes pretenden que los electores practiquen un ejercicio de abstracción imposible, olvidando durante los días de campaña y en el momento del voto que viven en un país en crisis».
Frente a la tesis oficial del PSOE para explicar decisiones como la suspensión del mitin de Zapatero en Vistalegre, él propone: «�La derecha quiere que hablemos de España, de la crisis, del paro y de la actuación del Gobierno nacional? Bien, aclárese lo que está por decidir, pero no hay por qué esquivar cuestión alguna». A su juicio, es «un relato bastante razonable» que «cuando la economía lo permitió, el Gobierno avanzó en conquistas sociales» y «ahora que la economía limita las ambiciones, procura consolidar las conquistas que constituyen su seña de identidad».
El diputado socialista admite «más incumplimientos de los que hubieran deseado sus representantes», «unos cuantos errores» y «algún que otro indeseable» corrupto «que nada más descubierto ha sido expulsado y puesto a disposición de la Justicia». Pero cree que el PSOE debe defender su política basada en los principios de «austeridad, reformas y cohesión social» , donde las segundas, a veces cuestionadas por el electorado de izquierdas, persiguen «que en un futuro próximo nuestra economía dependa menos del binomio sol+ladrillo».
Por el contrario, Simancas critica que el PP se basa sólo en «el desgaste al Gobierno socialista a cualquier precio y la ocultación de su auténtico programa». Dentro de éste último, entrevé que se incluiría el copago de la Sanidad, la «triplicación» de las matrículas universitarias, una reforma laboral consistente en «trabajar algo más y cobrar algo menos» y el «despido de cientos de miles de funcionarios» al estilo del primer ministro británico, el conservador David Cameron.
