El presidente de la Generalitat, Artur Mas, ha emplazado a la oposición a que no retrase la aprobación de la denominada ley ómnibus, cuyo borrador ya ha salido a exposición pública, y que no gusta a los partidos de izquierda por su carácter «neoliberal».
En la sesión de control al Gobierno catalán en sede parlamentaria, Mas ha indicado que la ley ómnibus es necesaria para fomentar la reactivación de la economía catalana, y por ello, ha pedido a la oposición que no ponga excesivas trabas a la tramitación del texto, aunque ha indicado que el Gobierno autonómico está dispuesto a negociar,
Mas lo ha dicho después de que el portavoz de ERC, Joan Puigcercós, asegurase que el anteproyecto de ley ómnibus es un «retroceso de formas y fondo», aunque se ha mostrado favorable a negociar con el Gobierno si se segrega el texto en normas distintas, ya que por ejemplo, los republicanos no comparten lo que establece sobre comercio y cultura, pero sí la reducción de los trámites burocráticos.
Por otra parte, Albert Rivera (C’s) ha pedido al Gobierno catalán que empiece a tramitarse ahora una de las grandes ausencias legislativas de la autonomía catalana: que no tiene ley electoral propia.
Rivera ha pedido a Mas que la ley sea consensuada con todos y no sólo por CiU y PSC, mientras que el presidente le ha recordado que es necesario contar con el beneplácito de los dos grandes para hacer viable esta iniciativa.
Mas ha expresado su confianza en que en los próximos dos años haya un acuerdo en la ley electoral, y ha anhelado que todos los grupos lleguen «lleguen al punto dulce de un posible acuerdo» por unanimidad.
