La sociedad catalana, que desde el siglo XIX ha tenido una cierta pulsión, una capacidad de revolución que ahora, con la crisis, vuelve a emerger con fuerza, con brotes violentos
Hay unos cuantos políticos de postín catalanes que se han apuntado a toda prisa a la peregrina tesis de que los que ‘acojonaron‘ al president Artur Mas, corrieron en pelo a los diputados autonómicos, quisieron robarle el perro guía a un parlamentario de CiU y se mofaron de los Mossos d’Esquadra no son catalanes, sino perversos españoles, llegados hasta Barcelona para deterior la imagen de Cataluña.
Felip Puig, consejero de Interior de la Generalitat de Cataluña y con las orejas gachas desde la pifia de sus Mossos d’Esquadra el 27 de mayo de 2011 en Plaza de Catalunya, no se apunta a esa sandez.
Cuando se liaron a palos, en su intento de limpiar la plaza Cataluña de trastos, se le reprochó la contundencia de los Mossos. Y el pasado miércoles, 15 d ejunio de 2011, recibió críticas por no desplegar más medios y garantizar que los diputados autonómicos llegaran al Parlamento catalán.
Parece que Puig no da una, pero en la larga entrevista que le hace Jano Guil en ABC, dice cosas muy serias. Reproducimos, muy resumidas, algunas que nos han llamado la atención:
—Cataluña ya se ha destacado en el asunto de los indignados por el alcance de los incidentes. ¿Por qué cree que es así?
—Coinciden varios factores. Uno estructural de la sociedad catalana, que desde el siglo XIX ha tenido una cierta pulsión, una capacidad de revolución que ahora, con la crisis, vuelve a emerger con fuerza, con brotes violentos. Por otra parte, también tenemos la singularidad de haber sido el único gobierno en el Estado que ha tenido la determinación y el coraje de hacer las reformas necesarias de cara a conseguir salir de la crisis.
—¿Cómo combatirán a estos 400 violentos habituales?
—Hay que actuar de forma coordinada con las instituciones judiciales y con la divisiones de información de la policía para empezar a imputarles los delitos pertinentes, que en el caso del pasado miércoles van desde la obstrucción de la entrada del Parlamento, que ya es en sí un delito, a las agresiones a los parlamentarios.
— Dado que advierte de que esta violencia puede ir a más, ¿no se ha planteado recurrir a la Guardia Civil o la Policía Nacional?
—Hasta la fecha no me lo he planteado y mientras los efectivos de Mossos me trasladen su convicción de que tenemos suficientes recursos para atender nuestra obligaciones, evidentemente contaremos con los Mossos d’Esquadra. Pero no descarto que en algún momento, si es necesario, si evaluamos que hacen falta más efectivos de los que en estos momentos dispone la policía de Cataluña, se pueda pedir la incorporación, bajo el liderazgo y la autoridad del presidente de la Generalitat y del consejero de Interior, de miembros de otros cuerpos y fuerzas de seguridad. Si es necesaria la colaboración de estos Cuerpos del Estado en algún momento, pues será puesta a disposición por parte del Ministerio de Interior, estoy convencido.