El próximo domingo se cumplen cinco años del accidente de metro más grave ocurrido en España, el que costó la vida a 43 personas en Valencia e inició la lucha de veinte familias para «honrar» a las víctimas a través de «la verdad», alejada en su opinión de las causas oficiales.
Viajaban en el convoy que el 3 de julio de 2006 descarriló entre las paradas de Plaza de España y Jesús, ésta última rebautizada como «Joaquín Sorolla» tras la inauguración de la estación provisional homónima del AVE en Valencia el pasado diciembre.
Este cambio de nombre, que las víctimas denuncian como una maniobra para borrar el recuerdo del accidente, no ha suscitado protestas en una sociedad «desinformada» sobre lo acontecido aquel día, según lamenta, en declaraciones a Efe, la presidenta de la Asociación de Víctimas del Metro del 3 de Julio (AVM3J), Beatriz Garrote.
Este domingo, familiares y víctimas del accidente -en el que también se registraron 47 heridos- subirán al metro en Plaza de España para rememorar, un año más, el viaje que sus allegados nunca completaron, guardando un minuto de silencio en cada estación hasta el final del trayecto, en Torrent Avinguda.
La jornada concluirá con la concentración que, como cada día 3 de cada mes, celebran en la puerta gótica de la Catedral.
Conmemoran cinco años «sin respuestas» pero su intención es «seguir reivindicando», por mucho que algunos de los miembros de la asociación comiencen a acusar el cansancio.
«Seguimos teniendo fuerzas para salir a la calle porque tenemos un objetivo muy claro, pero es muy doloroso», reconoce a Efe Garrote, que perdió a su hermana en el siniestro.
Los objetivos de las víctimas no han variado en este tiempo: que el Gobierno valenciano asuma su responsabilidad en el accidente, que mejore la falta de seguridad que, a su juicio, pudo provocarlo y que se conozcan las causas del descarrilamiento, ya que están convencidas de que no se debió exclusivamente a un fallo del conductor.
Sobre estas cuestiones preguntarán de nuevo a la gerente de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV), Marisa Gracia, recientemente confirmada en el cargo, pero dudan de volver a solicitar una entrevista al reelegido president de la Generalitat, Francisco Camps, a quien censuran por no haberlos recibido.
Según Garrote, la única forma de avanzar es que se produzca «un cambio de actitud de alguien en FGV o en el Consell, que se tome en serio el accidente de metro más grave de España, que quiera esclarecer qué pasó para honrar la memoria de las víctimas».
La asociación contactará también con la nueva consellera de Infraestructuras, Isabel Bonig, pero es consciente de que «a nadie le preocupará averiguar lo ocurrido sin que haya una protesta generalizada de la sociedad que no consienta que se dé carpetazo».
