El PP y el PSOE unieron sus votos este lunes en el Pleno del Parlamento -por primera vez en esta legislatura y en muchos años- para tumbar la proposición no de ley del PRC sobre el tren de alta velocidad Santander-Madrid. La propuesta fue defendida por el ex presidente y líder regionalista, Miguel Angel Revilla, que llamó «demagogos» a los ‘populares’, «mentiroso» al ministro de Fomento, José Blanco, y «claudicantes» a los socialistas, mientras que él se incluyó en el grupo de «ingenuos» que creen que cuando dos Gobiernos firman un documento, su contenido va «a misa».
En esta iniciativa, el PRC instaba al Parlamento a rechazar la actitud «nada reivindicativa» del presidente del Gobierno, Ignacio Diego, en la defensa del compromiso firmado entre el anterior Ejecutivo y el Ministerio de Fomento para el inicio inmediato de las obras del AVE Palencia-Santander; así como a rechazar y reprobar las últimas manifestaciones del ministro de Fomento sobre el AVE a Cantabria, en las que propone la paralización indefinida del TAV.
Asimismo, los regionalistas buscaban un pronunciamiento de la Cámara en defensa de la alta velocidad Madrid-Santander por Palencia, en el que exigiera su construcción en igualdad de condiciones al resto de las capitales del Norte de España. La propuesta desembocó en una votación con un resultado absolutamente inusual en el Parlamento de Cantabria después de ocho años de gobierno de coalición PRC-PSOE: 12 votos a favor del PRC y 27 en contra de PP (20) y PSOE (7).
Revilla comenzó la defensa de la proposición no de ley señalando que «en el culebrón del AVE nos podemos encontrar con demagogos, mentirosos, oportunistas e ingenuos», aunque no puso el calificativo abiertamente a cada cual hasta el final de su segunda intervención, en la que cargó contra el ministro socialista asegurando que tiene constancia de que había entidades financieras interesadas en financiar la obra y empresas dispuestas a presentarse por el sistema de concesión.
En lo que sí coincidieron el PRC y el PSOE fue en criticar el cambio de actitud que a su juicio ha experimentado el PP desde que ha pasado de la oposición al Gobierno. Revilla reprochó al Ejecutivo de Nacho Diego su «tibieza» y que ahora se muestre «indeciso y no reivindicativo», «quizás porque se piensa que el PP pueda ser el próximo heredero de La Moncloa». Por su parte, el portavoz socialista, Francisco Fernández Mañanes, afirmó que el PP hace gala de «un fariseísmo político notable», al pasar de «poner jaimas reivindicando el AVE» a decir que «no es una prioridad» o a escribir que llegará cuando llegue Rajoy y cuando se cumplan «hasta cinco condiciones».
Mañanes también tuvo reproches para Revilla por pedir «dimisiones» porque el procedimiento acordado para acometer las obras del AVE -la colaboración público-privada- «no ha sido viable». «Las cosas no han salido bien porque el momento es muy difícil para las administraciones públicas y para las empresas», afirmó el portavoz socialista antes de pedir al líder regionalista que tenga «prudencia», y que «no se deje llevar» por coyunturas electorales, a la vez que le recordó que el PRC ha estado muchos años en el Gobierno de Cantabria, «ha prometido muchas cosas y algunas nunca se hicieron».
Por su parte, el portavoz del PP, Julio Cabrero, afirmó que PRC y PSOE «han estado tomando el pelo a todos los cántabros» con el AVE, y ha asegurado que el PP «va a seguir reivindicándolo desde la seriedad y la coherencia, con compromisos serios de financiación». En su opinión, el PP «ha demostrado desde 2004 su interés por el AVE» mientras que el anterior Gobierno tuvo la oportunidad de reivindicarlo y «se les pasaron las uvas».
En su segunda intervención Revilla se confesó «perplejo» con las palabras de Mañanes y recordó que en agosto de 2010, cuando se firmó el protocolo para la llegada del AVE a Cantabria en 2015, «ya estabamos en crisis» y subrayó que una administración no sabe si hay o no empresas interesadas hasta que se licitan las obras y éstas se quedan desiertas.
Revilla afirmó que el PRC va a exigir «todos los días» el cumplimiento del protocolo del AVE y añadió que «no es la primera vez que nos quedamos solos» y se remontó al año 1976, en el que «nadie apostaba por Cantabria y su autonomía».
