El PSE irá a la Conferencia Internacional de Paz de Donosti

– El PP interpreta la reunión como «un paso atrás» en la defensa de las libertades

MADRID, 13 (OTR/PRESS)

«Independientemente de otras valoraciones, tenemos que estar en un lugar si puede contribuir a acercar la paz». José Antonio Pastor, portavoz del PSE-EE, anunció así que su formación acudirá a la Conferencia Internacional de Paz que se celebrará el lunes en San Sebastián. Sin embargo, no habrá ningún representante del Gobierno central o autonómico en la cita, que el PP ve como «un paso atrás» en la defensa de las libertades y que UPyD interpreta como «una especie de amnesia y una especie de amnistía política».

«Nos parece que, independientemente de otras valoraciones, tenemos que estar en un lugar si puede contribuir a acercar la paz, a dar pasos hacia la paz definitiva. Nos ha parecido importante estar presentes», afirmó Pastor. La dirección del partido tomó la decisión en una reunión que se celebró este mismo jueves.

Antes del anuncio, Iñaki Arriola, secretario general de los socialistas guipuzcoanos y consejero de Transportes del Gobierno vasco, había señalado en una entrevista radiofónica que la formación no acudiría a la conferencia como partido. No obstante, había dejado la puerta abierta a que algún miembro de esta formación acudiese a título individual.

El portavoz explicó que su compañero había hecho esas declaraciones antes del encuentro de la dirección. Será Jesús Eguiguren, presidente del PSE-EE, quien acuda a la Conferencia Internacional de Paz y quien deje «perfectamente clara» la posición del partido «ante el problema» del terrorismo.

Los Gobiernos central y autonómico faltarán a la cita donostiarra. La cumbre ha sido impulsada por Lokarri, el Grupo Intenacional de Contacto (GIC), auspiciado por el abogado sudafricano Brian Currin, y otras cuatro entidades especialistas en resolución de conflictos: Berghof Foundation, Conciliation Resources, The Desmond and Leah Tutu Legacy Foundation y Noref.

Iñigo Urkullo, presidente del EBB del PNV, destacó en la Cope la asistencia de «personalidades extranjeras, algunas de ellas quizá también con responsabilidades de gobiernos anteriores en países o estados miembros de la Unión». «El hecho de que no estén los Gobiernos vasco y español, yo lo puedo entender. Es una cuestión que, en principio, afecta también a los agentes políticos, socieconómicos y sociales».

Desde su punto de vista, «habría sido bueno que el lehendakari que presentó un Plan de Paz en el Parlamento vasco en el pleno de política general», hubiera asistido a la Conferencia, pero «es su decisión». El jeltzale cree que la cumbre «puede ser esperanzadora» y que muchas personas se han comprometido con la búsqueda de la paz: «Esto no puede ser un engaño; sería terrible para la propia izquierda abertzale».

Urkullu considera que «es evidente que la izquierda abertzale y ETA están ya abocados final de una historia negra de más de 50 años, con un fracaso», porque este tiempo de violencia «no sirvió para nada»: «Estamos en puertas de un final definitivo de ETA. Nadie sabe cómo va a ser, si va a ser con un comunicado de cese definitivo, si esto va a tener una gestión en los tiempos».

El líder nacionalista vasco cree que el final de la banda estará en manos del próximo Gobierno, así como todas las gestiones que acarree, como el tema de los presos, los arrepentimientos o las medidas individualizadas, la reconciliación y la concordia, que es «el estadio final»: «Que todo ese mundo dé un paso definitivo por el respeto a las víctimas del terrorismo».

Antes del 20-N, Urkullu no espera «un comunicado de cese definitivo que signifique la disolución», aunque pueda haber, «en favor de la izquierda abertzale», un comunicado «que identifique el final definitivo, pero no la disolución». «Es el final, y es el final de un fracaso de 52 años de historia con mil muertos y un sufrimiento provocado en el País Vasco».

El Ejecutivo autonómico considera que «la paz tiene que avanzar y va a avanzar, con la Conferencia o sin ella, y la paz tiene que avanzar por que ETA diga ya que abandona las armas», afirmó Isabel Celaá, consejera vasca de Educación, en Radio Euskadi. La socialista confirmó que el Gobierno de Euskadi no ha sido invitado a la cita. No obstante… «Deseamos la mejor de las suertes a la Conferencia, pero no la podemos convertir en un tema ni tótem ni tabú».

En su opinión, «hay una cuestión significativa y es que ETA decida disolverse o abandonar las armas, ésta es la cuestión». En cuanto al PNV y sus reproches, Celaá señaló que «es una critica más» al Ejecutivo, «pero realmente no tiene ningún sentido ni ninguna razón para hacer una cuestión de fondo con esta consideración».

«UN PASO ATRAS»

Alfonso Alonso, presidente del PP de Alava y cabeza de lista por este territorio para el Congreso de los Diputados, cree que el encuentro «constituye un acto de propaganda de ETA organizado y amparado por Bildu» que «no sólo no va a suponer un paso adelante en la defensa de las libertades y la democracia, sino que va a ser un paso atrás».

«Seguramente será la enésima presentación de la alternativa KAS, autodeterminación y amnistía; es decir, las mismas recetas y el discurso de siempre de Batasuna y ETA». Además, y en contra de los defensores de la tesis que plantea la necesidad de un final del terrorismo «sin vencedores ni vencidos», Alonso avisó de que el foro que se celebrará el lunes tendrá «un componente especialmente dañino».

Este componente, a su juicio, es «el intento de legitimar y reivindicar la historia criminal de ETA y, por tanto, también el intento de que aquéllos que han asesinado casi a mil personas puedan salir ganadores del proceso». «Les tenemos que decir que no nos pueden pedir que olvidemos lo ocurrido, que no pueden pedir que no haya memoria y que no pueden pretender que, en el centro de la conquista de la libertad, de la victoria de la democracia, no estén las víctimas».

Defensora de la misma postura, Rosa Díez, líder de UPyD: «Estas cosas que se están haciendo como la Conferencia Internacional tienen poco que ver con el fin de ETA. Sí tienen que ver con una especie de amnesia y una especie de amnistía política». La aspirante a la Moncloa continuó diciendo que nunca espera nada de la organización terrorista, «nada bueno»… «Todo lo que espero es malo».

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