El ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui, se ha mostrado «muy feliz» ante el anuncio del cese definitivo de la estrategia armada por parte de ETA y ha admitido que, «por primera vez» en su vida, cree que el fin de la banda «es de verdad». Asimismo, ha reiterado que «no hay precio político por dejar de matar».
En declaraciones a RNE recogidas por Europa Press, Jáuregui ha explicado que ha recibido el anuncio con la sensación de que era algo «muy serio» con un texto «menos condicionado, alambicado, muy definitorio» y que esto «es de verdad» porque, según ha detallado, «más allá de la retórica» que puede gustar más o menos lo que importa es el anuncio.
«Toda una vida de renuncias, de esfuerzos, de mucho dolor, de sacrificio, cobra todo su sentido. Es como si un día como hoy sintetizara una vida de dedicación, de esfuerzo, de lucha», se ha felicitado.
En cuanto al proceso que se abre tras este anuncio, Jáuregui ha señalado que será el nuevo Gobierno que salga de las urnas el próximo 20 de noviembre el que tendrá que gestionar esta nueva etapa –«no será fácil», ha admitido– y ha reiterado «que no hay negociación política que valga que no sea en las instituciones» y en el marco de la Democracia.
«Quienes hemos conocido las agendas reivindicativas del terrorismo nos hacemos cruces para recordar a todo el mundo que estos años de terror no han servido para nada porque no hay negociación, no hay precio político por dejar de matar», ha recalcado el dirigente vasco, que ha admitido que ahora se apelará a la generosidad de la democracia.
En cuanto a la reivindicación de los presos, el ministro ha recordado que el sistema tiene «elementos bien claros» para que, «siempre en el marco de la ley», se puedan establecer «los mecanismos necesarios» para arbitrar esa reinserción progresiva. A pesar de admitir que le hubiera gustado un reconocimiento explícito de perdón para las víctimas, Jáuregui ha subrayado que la historia «dejará bien claro» que unos mataron y otros murieron.
LA ESCENOGRAFIA Y LITURGIA DE ETA
El titular de Presidencia ha destacado que en este proceso que ha llevado al anuncio de ETA hay «un punto de inflexión» que él ha puesto en valor como aspecto determinante como es la manera en que terminó la negociación de 2006, cuando quedó claro que la banda terrorista era la última responsable de la ruptura y el mundo de la izquierda abertzale «tomó la dirección para acabar reconduciendo la violencia a la política».
La Conferencia de paz del lunes en San Sebastián, ha dicho, formaba parte de la «escenografía» para «justificar ante sí mismos que iban a dar este paso» y la cobertura que ellos querían. Ahora, sin violencia de ETA, la marca electoral de la izquierda abertzale tendrá las puertas abierta para participar en la vida democrática. «Sin violencia, el Tribunal Supremo y el Tribunal Constitucional no podrán argumentar contra la existencia de un partido con connotación armada porque no existirá», ha concretado.
Finalmente, ha admitido que esta «liturgia» favorece a la izquierda abertzale y su propósito de estar en política y ha señalado que quizá sea «el precio político» que se tendrá que pagar «pero es un precio democrático».
