De su firma dependían las reconversiones industriales en Andalucía
Lo cuenta con todo detalle Javier Martín Arroyo en ‘El País’, diario que desde hace más de tres décadas da apoyo, sustento intelectual y refugio al PSOE español.
Dice el reportero del Grupo PRISA que el despacho oficial del dirigente socialista de cuya firma dependían las reconversiones industriales en Andalucía, estaba «empapado en alcohol«:
La escena consistía en una pequeña cola de empresarios que aguardaba su turno en la barra, ávidos de discutir negociaciones y subvenciones con Javier Guerrero, ex director general de Trabajo de la Junta de Andalucía.
Él hacía señales desde su mesa del local, al que acudía cada tarde para que fueran acercándose por turnos.
«Tomaba los gin-tonics como el que bebe agua. Y nunca le vi tumbado. Tenía mucho, pero que mucho aguante», rememora un amigo.
La fama de Guerrero, principal imputado en el caso de los ERE (expedientes de regulación de empleo), se ha disparado esta semana.
Ha sucedido tras la traición de su exchófer, quien contó a la policía cómo se gastó en «cocaína, fiestas y copas», para él y su jefe, la mayor parte de los 900.000 euros de dos subvenciones públicas otorgadas por el alto cargo.
Estuvieron juntos seis años. Su historia no sería tan excepcional si no fuera porque Guerrero manejó a su antojo un fondo público de 647 millones para empresas en crisis durante casi una década.
NOTA.- leer artículo completo en ‘El País’.