El Ayuntamiento de Barcelona reconoce que ha perdido al menos 18 millones en Spanair

La segunda teniente de alcalde de Barcelona y responsable de Economía, Sònia Recasens (CiU), ha reconocido este lunes que el Ayuntamiento de la capital catalana no recuperará al menos 18 millones de euros de sus aportaciones para la aerolínea Spanair, y que el consistorio calcula en un total de 49,12 millones.

Lo ha dicho en una sesión extraordinaria monográfica sobre Spanair de las comisiones de Economía y Presidencia en la que han comparecido Recasens y el tercer teniente de alcalde y responsable de Hábitat Urbano, Antoni Vives; y celebrada a instancias del PP, lo que el popular Javier Mulleras ha justificado porque el «ocultismo» ha sido habitual en relación a la aerolínea.

Según los cálculos de Recasens, el consistorio ha perdido 2,91 millones de aportaciones de la empresa municipal Barcelona de Serveis Municipals (B:SM) a través de Catalana d’Iniciatives; 6,58 de financiación municipal vía Turisme de Barcelona, y 8,5 por la Fira, lo que suman los 18 millones que ya ha perdido.

Sin embargo, cabe ver cuál será la suerte de otros 6,13 millones que vía estos organismos aportó como aval del crédito a la aerolínea SAS –que conservaba un 10,9% de Spanair–, y confía en recuperar los 25 millones del préstamo a la Generalitat para destinarlos a Spanair, y en cuyo convenio se fijan partidas anuales para devolverlo empezando por un millón este mismo 2012.

El Ayuntamiento no ha aportado aún 10 de los 25 millones que pactó prestar a la Generalitat, para lo que tiene tiempo hasta el 31 de marzo, un último paquete que el PP pide no hacer efectivo para reducir las pérdidas del consistorio –que los populares calculan que podrían llegar a 60,6–, pero Recasens se niega a no pagarlos para no incumplir el convenio y tener la devolución completa.

El debate sobre los 10 millones se producirá en la comisión ordinaria de Economía del miércoles, y en la extraordinaria de este lunes Recasens ha destacado que el convenio de los 25 millones fija retornos anuales del dinero y la creación de una comisión de seguimiento: «Este gobierno no renuncia al retorno de estas inversiones».

Javier Mulleras (PP) ha defendido que hay un mínimo de 200 millones de aportaciones públicas a la aerolínea –135 de la Generalitat y 60 del Ayuntamiento–, lo que ve «suficiente» para pedir una auditoría pública para saber cómo se ha gastado el dinero, que también ha pedido Joaquim Mestre (ICV-EUiA), quien ha reclamado transparencia.

De hecho, los únicos que han censurado las inversiones públicas a Spanair han sido Mestre (ICV-EUiA) por el hecho de que el capital público haya actuado de privado, y Mulleras (PP) porque «los políticos quisieron hacer de empresarios, con criterios políticos y no empresariales», cuyos padres, ha dicho, fueron los tripartitos de la Generalitat y Ayuntamiento con apadrinamiento de CiU.

«HAY VIDA MAS ALLA DE SPANAIR»

Con todo, gobierno y oposición coinciden en que el Aeropuerto de El Prat sea un ‘hub’ internacional, razón por la que se apostó por Spanair, e incluso la portavoz del PP, Àngels Esteller, ha dicho que la «prioridad» del PP es que sea ‘hub’ pese a que el Gobierno central haya paralizado la privatización del aeropuerto, aunque no con un pozo sin fondo, en referencia a Spanair.

Las críticas se han centrado también en el modelo aeroportuario centralista de Aena, si bien Assumpta Escarp (PSC) ha disparado más bien hacia las aportaciones públicas multimillonarias a Iberia, pero diversos concejales han reivindicado seguir trabajando para que Barcelona se conecte con el mundo por si misma, idea que ha resonado diversas veces: «Hay vida más allá de Spanair».

Ahora deben también darse soluciones a los empleados, lo que Mestre pide exigir a la Generalitat; pese a todo, el teniente de alcalde Vives y Jordi Portabella (UpB) han defendido a los empresarios que apostaron por Spanair porque son «de referencia», y Vives ha afirmado –como hizo el alcalde, Xavier Trias– que ha habido compañías y personas que han tenido interés para hundirla.

«El modelo radial de infraestructuras en España ha pesado como una losa», ha censurado Mestre, lo que Jordi Portabella (UpB) ha ejemplificado con una reunión a finales de 2005 con el presidente de Iberia que tuvo él cuando era teniente de alcalde y el socialista Joan Clos como primer edil, y en la que constataron que Barcelona podía perder vuelos de Iberia pero «Madrid no se toca».

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