Mariano Rajoy ha pedido un «esfuerzo excepcional» a los empleados públicos, y eso incluye a todos, ya trabajen para el Gobierno central o para las distintas comunidades autónomas.
Como recuerda Susana Alcelay en ‘ABC’, todos perderán, por tanto, la paga extraordinaria de Navidad, verán reducidos sus días libres durante el año, los denominados moscosos, y sus bajas laborales serán gestionadas y controladas con los mismos ratios que en el sector privado.
Medidas que cada región podrá complementar con los ajustes extra que considere oportunos para cumplir con los objetivos de déficit público, del 1,5% este año.
Los empleados públicos no recuperarán la pérdida de salario en metálico.
El porcentaje de reducción del sueldo que supondrá la eliminación de la paga extra este año, entre el 5% y el 7% en su nómina bruta anual, será utilizada por la Administración para dotar el fondo de pensiones que tienen suscrito los empleados públicos.
Mariano Rajoy congeló las aportaciones del Estado a este fondo durante este año, lo que supuso una nueva vuelta de tuerca para un colectivo que en 2010 sufrió una rebaja media de sueldos del 5% y congelación de las retribuciones en 2011.
Ese año sí se destinó hasta un 0,3% de la masa salarial a la financiación de aportaciones a planes de pensiones.
El ajuste de Rajoy también equiparará las condiciones de incapacidad temporal de los empleados públicos a las del resto de trabajadores, lo que puede suponer menos cuantía percibida durante las bajas por enfermedad y más control de las mismas.
En estos momentos, durante los primeros días de baja el Estado complementa el sueldo de los trabajadores hasta el 100% del sueldo, a diferencia del sector privado que depende de los convenios de cada empresa.