Señalando a la bancada 'popular' asegura que "sus abuelos robaron la infancia a millones de españoles"
El socialista Tomás Gómez acusó este 18 de octubre de 2012 a la derecha de «robar la infancia» de los pensionistas en la posguerra y de hacer lo mismo ahora con sus jubilaciones, lo que desató una bronca en el pleno, que se zanjó con amenazas de suspenderlo por parte del presidente, José Ignacio Echeverría.
El portavoz del PSM en la Asamblea de Madrid utilizó su pregunta al presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, a cuenta del copago farmacéutico para afirmar que los abuelos de los actuales diputados del PP «robaron la infancia» a millones de españoles a los que hoy, ya pensionistas, además les «roban su jubilación».
González, en su respuesta, afirmó que Gómez es «un cáncer que no ha superado, desgraciadamente, los peores años de la historia de España».
«A mí me daría vergüenza que, con la edad que tiene, esté alentando eso».
La pifia de Gómez ha desatado una oleada de bromas, chistes crueles y chanzas en Twitter, donde recuerdan al socialista el origne familiar de muchos de sus compañeros de partido, desde Maru Menéndez a Pérez Rubalcaba.
Y propóisto de todo esto, escribe Federico Ysart en su blog, en un post titulado «Gómez ¿dónde vas?»:
Ese consumado especialista en perder elecciones y los euros de los contribuyentes en cuanto tiene ocasión -la alcaldía de Parla- y que no paga el alquiler de la sede de su partido, el socialista madrileño, en la Plaza del Callao de la rumbosa Gran Vía, en fin, Tomás Gómez, se liberó ayer de tanta presión como deben soportar sus meninges diciendo en la asamblea de la comunidad madrileña que los abuelos de los populares robaron la infancia a millones de españoles. Hay que joderse con Gómez.
Pobre, a estas alturas… Así está el socialismo; el madrileño, pensando en los abuelos de los populares mientras la vicesecretaria general del partido justificaba las huelgas que perpetran los sindicatos subvencionados por el Estado. Ejemplo de responsabilidad el de la sra. Valenciano.
Lo otro, lo de Gómez no pasa de ser una chusca salida de pata de banco, seguramente ensayada frente al espejo para mejor cautivar la atención de los presentes.
Porque decir de una tacada, dedo en ristre apuntando al presidente del gobierno regional, que «Sus abuelos robaron a millones de españoles la infancia y ahora, ustedes, que son sus nietos, les quieren robar la jubilación» tiene usía.
Hay que ver en qué cosas entretiene a nuestro parlamentarismo, en qué estamos invirtiendo los cuatrocientos millones de euros que cuestan los 1.228 parlamentarios autonómicos, sin contar los casi doscientos del Congreso y Senado nacionales.
Bonita forma de hacer país. Huelgas es lo que necesitan los trabajadores españoles para llegar antes… al paro; y los estudiantes, para seguir indocumentados y así ser mejor acogidos en las factorías y chiringuitos outlet de la China del señor Ping.
Y en cuanto al guerracivilismo… Sin que sirva de precedente: a mí la infancia no me la robó nadie, lo que me robaron fue un abuelo. En Madrid, otoño de 1936.
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