¿Qué catástrofe socialista podría hacer dimitir a Don Alfredo?

El último samurái del felipismo se niega a hacerse el harakiri

En 11 meses ha conducido al PSOE a tres Waterloo

Los gallegos no vieron en el PSOE una alternativa de gobierno, los vascos no le han pagado como se merecía a Patxi López los servicios prestados, ningún dirigente del partido le ha pedido que dimita, va a seguir siendo el timonel que marque el rumbo del nuevo proyecto socialista, está muy preocupado por la erupción volcánica del independentismo, colaborará con el PSC a preparar las elecciones catalanas y no toca todavía presentar en sociedad al futuro candidato del PSOE a la presidencia del gobierno.

Así ha despachado Alfredo Pérez Rubalcaba a una jauría de periodistas ávidos de averiguar si, uno de los últimos samuráis del socialismo español del siglo XX, estaba dispuesto a hacerse el harakiri para lavar la deshonra de dos sonadas derrotas en Galicia y Euskadi.

El último samurái del felipismo se niega a hacerse el harakiri

Ni siquiera había llevado la «katana» a la rueda de prensa. El ex ministro de Felipe, el ex vice de Zapatero, demostró que es posible caminar sobre las aguas, como Jesús de Nazaret, con la dificultad añadida de practicar semejante prodigio sobre las aguas revueltas de Galicia, de Euskadi y de Cataluña.

Por si había alguna duda, este señor acaba de añadir un milagro a su currículo repleto de atributos divinos, entre los que destacan su omnipresencia (lleva años subido a distintos y distantes machitos socialistas) y su existencia eterna, por lo visto y oído, «necesaria»

Precisamente el día en el que el Jefe de la Oposición calificaba al Presupuesto del gobierno para 2013 de «presupuesto irreal», aprovechó la inercia onírica de un país sumido en pesadillas para pintarnos un PSOE, una Secretaria General, un aparato de partido, una calle Ferraz, una «pax socialista» absolutamente irreal.

¿Existe España en realidad?, deben estar preguntándose muchos españoles tras la descripción que ha hecho Montoro de los Presupuestos del 2013, la descripción que ha hecho Rubalcaba del PSOE en desbandada, lo que dijo ayer Rajoy que le había dicho Más en su visita a La Moncloa, lo que ha dicho hoy Más que no le había dicho a Rajoy o las dudas que empieza a haber sobre la existencia de De Guindos, que algunos empiezan a asegurar que, en realidad no era un Ministro de carne y hueso, sino un muñeco hinchable. ¿Se sabe algo de De Guindos…?

Setenta y dos horas después de sufrir dos Waterloo simultáneos del PSOE en Galicia y Euskadi, Napoleón Pérez Rubalcaba se resiste a ser deportado a la isla de Santa Elena. Ya había dejado alucinado al personal 11 meses antes, cuando al frente de las tropas del PSOE sufrió la derrota más estrepitosa de la reciente historia del socialismo español y, en vez de abdicar y recluirse en una isla de Elba, se montó un Congreso de Sevilla y salió talmente a hombros, emulando al Cristo resucitado que despierta tantas devociones en la ciudad natal de Felipe.

Ha nacido un Houdini

Esto, lo de Rubalcaba, es escapismo, y no lo que hacía el Gran Houdini. Libarse en sólo 11 meses de dos encerronas políticamente mortales como las elecciones generales y estas autonómicas de Galicia y Euskadi, no puede ser simplemente magia, sino pura ciencia oculta, alquimia, la profesión de químico del Secretario General elevada a dimensiones sobrenaturales.

¿Cómo puede salir vivo políticamente de esta, con esos antecedentes, con la espada de Damocles de Cataluña pendiendo amenazadora sobre su cabeza y unas perspectivas de futuro más negras que las de Kaká con Morinho?

A lo mejor, como dice siempre Felipe para explicar ciertas cosas, es que tiene baraka. Y eso es un peligro para el PSOE, para España, teniendo en cuenta el resultado que le dio a ambos aquel señor al que el ex Presidente también definía con ese palabro. Casi es mejor que tengan razón los socialistas que, con la boca pequeña, naturalmente, aseguran que Rubalcaba tiene mucha ambición, mucho estómago y mucha cara.

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Autor

Luis Balcarce

De 2007 a 2021 fue Jefe de Redacción de Periodista Digital, uno de los diez digitales más leídos de España.

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