Antonio Basagoiti, presidente del PP en el País Vasco, ha roto su silencio tras permanecer en un discreto segundo plano los últimos meses, sobre todo desde el descalabro electoral de su partido en las elecciones vascas el pasado 21 de octubre de 2012.
Duramente criticado por diferentes sectores, algunos próximos a su partido, por los pobres resultados cosechados en aquel momento, Basagoiti ha escrito un post en el blog que mantiene en ‘El Huffington Post’ donde, sin citar a nadie en concreto, pretende defenderse de los palos con palabras enigmáticas y no demasiado concretas pero que parece que son un alegato en defensa de la línea seguida por los suyos en el País Vasco:
En el análisis y reflexión política realizada por algunos opinadores, especialmente en Madrid, se produce un fenómeno muy característico que se basa en dar grandes lecciones sin haber visto nunca un toro de cerca.
Pero, ¿contra qué «opinadores» va dirigido este texto?
No me refiero a los comentarios de la ciudadanía ni tampoco a quien opina desde sus tribunas respetando a quien torea. Como no podía ser de otra manera, tampoco cuestiono la legitimidad de las críticas. Me limito a ironizar con la actitud de quienes viven de cornadas a terceros y se pasan cuatro pueblos contra quienes hacen frente a los astados.
Y para ello, aprovecha el caso del famoso ‘Tendido del 7’, conocido por ser el más exigente de la afición taurina de Madrid con determinados toreros, incluidas las figuras:
La definición de «síndrome de Las Ventas» la pongo por comparación con lo que ocurre en la plaza de toros de la capital de España, en uno de los tendidos, en el que como es conocido unos «entendidos» concretos saben más que el torero. Todos lo harían mejor, todo esta mal, lo nuevo siempre es peor que lo viejo, pero ninguno de ellos se pondría delante de un toro y menos ahora.
Los toros desde la barrera siempre parecen menos de lo que son y nunca sabremos qué harían algunos si se lo encontrasen de frente y los demás subiéramos al tendido a pitar. Porque nunca se atreverían a hacerlo, y lo que dicen no siempre se corresponde con la realidad ni es mínimamente justo.
Y por fin, ya al final, deja caer la expresión «críticos del tendido mediático» que bien pudieran ser muchos periodistas disconformes con su gestión–Oyarzábal acusa a Isabel San Sebastián de «aprovecharse del PP para medrar mientras nos amenazaban y asesinaban»–.
Es verdad que la política española se tiene que regenerar y mejorar en muchos aspectos, y en a ello tenemos que contribuir los que más responsabilidad tenemos, pero no somos los únicos. Cuanto más rigor y menos intereses concretos arrastren la valoraciones de los críticos del tendido mediático, mejor será el arte de la política.