El político que le entregó la Generalitat hace dos años puede firmar su acta de defunción política

La cabeza del presidente Fabra está ahora en las manos de su predecesor Paco Camps

El motín en el PP valenciano a cuenta del cierre de RTVV y las ironías de la política

La cabeza del presidente Fabra está ahora en las manos de su predecesor Paco Camps
Francisco Camps con Alberto Fabra. ESD

El hombre que en 2008 tuvo en sus manos el futuro de Mariano Rajoy en el famoso Congreso de Valencia tiene ahora también el de Alberto Fabra

Cuenta este 7 de noviembre de 2013 el Semanal Digital que la política y sus enrevesados caminos dan a Francisco Camps una segunda oportunidad.

El hombre que en 2008 tuvo en sus manos el futuro de Mariano Rajoy en el famoso Congreso de Valencia tiene ahora también el de Alberto Fabra.

Arrieritos somos, que diría el refrán, porque si algo ha hecho su sucesor en estos más de dos años es negar a su mentor y su herencia muchas más veces que Pedro a Jesucristo.

Toda vez que el polémico cierre de RTVV (Las doce mentiras y contradicciones de la directora general y verdugo de RTVV) debe ser aprobado por las Cortes valencianas, las miradas están puestas en el expresidente de la Generalitat, que conserva mando en la bancada popular.

Casi más que el de Fabra, cuya autoridad sobre los suyos, especialmente valencianos y alicantinos, es cada vez menor.

El enfado en el PPCV es evidente. En las últimas horas, varios diputados populares han empezado a trasladar su desacuerdo con la decisión del Consell de cortar por lo sano después de que la Justicia declarara nulo el ERE del canal autonómico.

Un solo chasquido de Camps, una llamada suya a la rebelión, sería bastante para arruinar la votación.

Ello supondría la sentencia de muerte política de Fabra, incapaz de meter en cintura a la directora general de RTVV, Rosa Vidal -enfrentada abiertamente con él desde hace meses-, antes de llegar a esta situación (Las doce mentiras y contradicciones de la directora general y verdugo de RTVV).

Quién se lo iba a decir al presidente valenciano cuando hace dos días anunció a bombo y platillo que será el candidato en 2015 precisamente para alejar las tentaciones de Mariano Rajoy de moverle la silla ante los malos augurios de los sondeos.

¿Se atreverá Camps a dar el paso que le devolvería a la primera línea de la política convertido en el salvador de RTVV?

Su desacuerdo con el cierre de Canal 9 (Alberto Fabra: «No voy a cerrar ni un solo colegio ni hospital para tener una TV autonómica») es un hecho, aunque está por ver hasta dónde está dispuesto a llegar.

Hace tiempo que el hombre que llevó al PPCV a sus cotas más altas de poder suspira por reencarnarse en ave fénix, no había más que verle el lunes en la fiesta de aniversario de La Razón.

Mientras Camps se piensa si disparar o no la bala de plata contra su sucesor, en Canal 9 reina el desgobierno. Rosa Vidal dimitió este miércoles por «falta de confianza» en la Generalitat.

Por su parte, con la directora de informativos, Esmeralda Velasco, desaparecida, los trabajadores tomaron el control de la edición de informativos.

Así, la cadena abrió sus noticias con gritos de «Fabra dimisión» para posteriormente dar voz a PSPV, Compromís, EUPV.

Los presentadores, siempre responsabilizando a Fabra del cierre, acusaron a ex directivos de corruptos o «abusadores sexuales» y pidieron a la sociedad valenciana que «no se rinda y se rebele contra el cierre».

Los informativos, casi corales con trabajadores de fondo, relacionaron todas las noticias con el «no al cierre» y la cadena cambió su programación para emitir un especial de seis horas titulado RTVV no es tanca.

 

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