La rebelión ha estallado en el PSOE de Castilla y León, y se ha traducido en la dimisión de 25 de los 44 miembros de la Comisión Ejecutiva Regional. Ha sido «por sorpresa», ha señalado el secretario de organización, Julián Simón, afín al secretario general, Julio Villarrubia.
Explica ‘El País’ que este movimiento no es baladí porque obligará a celebrar un congreso extraordinario dada la magnitud numérica de los dimitidos.
Claramente, sabían lo que hacían. Uno de los dimisionarios, Oscar López, es un máximo dirigente del PSOE federal al ocupar la secretaría de Organización del PSOE y, mano derecha del aún secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba.
Las tensiones entre López y el secretario general regional, Julio Villarrubia, diputado nacional y portavoz de Justicia, han sido constantes desde que éste último ganara la secretaría general regional en abril de 2012.
Nunca ha habido sintonía entre Villarrubia y López que se han visto obligados a convivir por el cargo de cada uno; secretario general y portavoz en las Cortes de Castilla y León, respectivamente.
López abandonó la secretaría general regional cuando fue nombrado secretario de Organización en el congreso de febrero de 2012 en el que Alfredo Pérez Rubalcaba fue elegido secretario general.
Ahora, con la salida en el mes de julio de Rubalcaba todo su equipo también es saliente, aunque Oscar López estará hasta el último día en el que el congreso extraordinario se cierre y tome posesión la nueva ejecutiva.
Antes de que se produjera la dimisión, el secretario regional afirmó que la opinión mayoritaria del partido se orientaba a que en todos los procesos de elección de cargos del partido se aplicara la regla de un militante un voto.
No obstante, las decisiones formales se iban a adoptar en un comité regional que se celebraría en un par de semanas.
